v La historia de Cuba en cuatro centurias no bien cumplidas presenta a la contemplaci6n del observador el desenvolvimiento de un drama ho- rrible: el exterminio de los indios, el tormento de los negros y el envilecimiento de los blancos. Ese drama obedece a una unidad espantosa: la explotaci6n codiciosa y sin freno del fundo colo- nial poy una metr6poli insaciable. En vano el historiador buscard las pruebas de tan triste aserci6n en el texto de las leyes. Con- tra la hipocresia de los monumentos legales se levanta, acusador implacable, el testimonio de los mismos escritores nacionales, aim el de aqu6llos que han pretendido atenuar, si no disculpay, los crimenes mis odiosos. La obra de la conquista de Am6rica s61o puede compararse a las irrupcio- nes de los vindalos y de los visigodos en la hora en que se desmorona el colosal imperio de Roma. Parecia como que la codicia, el fanatismo y la inhumanidad aumentaban su intensidad, por ma- nera poderosa, en el coraz6n de los aventureros 247