244 CUADERNO DE CULTURA do todavia la abolici6n del trifico, por el tra- tado que Espafia celebr6 con Inglaterra el 23 de septiembre de 1817, no habia, por pura conve- niencia, suavizado en cierto modo las Asperas y crueles costumbres de los amos-, con aqu6l que subsistia en los ingenios en los momentos mis- mos en que la Revoluci6n decret6, y realize hasta donde alcanz6 la fuerza de sus armas, la eman- cipaci6n que algunos afios mis tarde habia de consumar el Parlamento espafiol en un reducido nfmero de siervos. La vida del negro en el in- genio era la vida del salvaje encadenado: el in- genio era un infierno de trabajo sin descanso: alli no penetraban los beneficios de la civiliza- cion, aunque esa civilizaci6n fuese la rudimenta- ria y caduca de una colonia espafiola- mina de explotaci6n codiciosa-, latifundio en que una na- ci6n decadente ha vertido todas las escorias de su poblaci6n; alli, en el negro se desconocia la personalidad humana, y el esclavo era conside- rado como un instrument de trabajo, menos f6til, menos precioso que la mdquina de vapor o que el caballo de pesebre del opulento senior, y anulada la personalidad del ser humano, no hay para qu. decir que en el ingenio estaban rotos para el ne- gro todos los lazos de la sociedad politica, todos los deberes y todos los de.rechos que las leyes civiles consagran: para el negro del ingenio no habia patria, ni familia ni persona: mAs feliz que 61 era el mulo o el perro del mayoral.