ECONOMIA Y CIVISMO 243 Falt6le esta vez al sabio alemain el sagaz cri- terio que geneyalmente brilla en sus obras. Su juicio sobre la legislaci6n y las costumbres, en cuanto influian en la suerte de los negros en las colonias espaFiolas, se resiente, por una parte, de una observaci6n harto limitada de las ideas y de las costumbres, y, por otra, de haberse dejado seducir por el lenguaje empleado en las instruc- ciones y reglamentos dictados para fijar la con- dici6n y el trato de los esclavos. El c6lebre viajero dedujo cudl seria la suerte de los esclavos en Cuba, por el trato humano que algunas familias daban en la capital a los ne- gros empleados en el servicio dombstico. El mis- mo advierte las diferencias que existian en la condici6n de los esclavos. Despubs de decir que la esclavitud es sin duda uno de los mis grandes males que han afligido a la humanidad, conside- ra cuan grande es la distancia entire un esclavo que sirve en la casa de un hombre rico en La Habana y en Kingston, que trabaja por su cuen- ta, no dando a su amo sino una retribuci6n dia- ria, y el esclavo adscripto a un ingenio, y luego agrega que la escala de las privaciones humanas puede conocerse por las amenazas que se hacen a un negro recalcitrante: al calesero se le amenaza con el cafetal, y al esclavo que trabaja en el ca- fetal con el ingenio. Imaginese cudl scia el es- tado de los esclavos en los campos de Cuba en la 6poca en que Humboldt hizo sus viajes, -cuan-