228 CUADERNO DE CULTURA cado en el Spenersche Zeitung, y que se refiere a mi traducci6n de su Ensavo sobre la isla de Cuba, dada a la luz publica por Derby y Jackson. Como sus lectores po- drian inferir que yo voluntariamente he mutilado una obra de ese gran escritor, le suplico que publique la si- guiente explicaci6n. Deseoso de poner en manos de lectores americanos toda aquella informaci6n relativa a la isla de Cuba que mis estudios me habian permitido adquirir, hice la traduc- ci6n aludida, por ser la mejor obra que sobre el asunto habia yo jams visto. Al emprender esa labor, no sabia yo que se hubiese hecho alguna versi6n inglesa, e hice uso de la edici6n espiafiola para texto, simplemente por- que, ignorando, como ignoraba, el idioma frances, no no podia de esa lengua traducir el Ensayo. Como la obra fu6 escrita hace treinta afios -y en este tiempo el desarrollo material de Cuba ha sido muy gran, de-, haciase necesaria una continuaci6n de las observa- ciones del bar6n de Humboldt, a fin de traer el asunto hasta los tiempos presentes, y este trabajo 10 he insertado en notas. Al realizar el prop6sito de una obra sobre Cu- ba, juzgu6 que no podia tratar el asunto en mis opor' tuno moment que aquel en que lo dej6 el ilustre autor en 1825. El capitulo que produjo la queja de haberse omitido es un ensayo distinto sobre la esclavitud, y asi se titula en el volumen en que se public6. Y s6lo por incidencia se alude en 6l a Cuba, al paso que p incipia con eta declaraci6n expre-a: "Aqui finalizo el Examen o erayo politico de la isla de Cuba, en el cual he presentado el estado de esta importante posesi6n de Espafia, como ahora se halla". La queja del bar6n ee Humboldt consiste, no en que yo haya mutilado su Ensayo sobre Cuba, sino en que no