ECONOMIA Y CIVISMO 211 su crecimiento en el orden de la cultura y de la civili- zacion, ni ain los mis a morir en su seno. No se cuidan de la suerte de sus descendientes, esto no los preocupa: el especticulo que les ofrecen los hijos de los que vinie' ron antes, no los instruye ni enternece. A stis hijos los engendran y educan para que sirvan de victimas a las pasiones de sus paisanos que vengan en adelante, y los mis permanecen solteros mientras viven en la Colonia (79). , No ha faltado escritor que afirmara que Conte fu6 Ilevado por sus ideas avanzadas, equivoca- damente, a afiliarse en el bando autonomista. Si Conte se equivoc6 al poner su claro talento y su vasto saber al servicio de la causa de un pueblo explotado y vejado por una oligarquia brbara, movida por una codicia insaciable y sin escrupu- los, preciso seria reconocer que los cubanos de- berian renunciar a la idea de que alguna vez, en el curso de media centuria, surja, por rara ex- cepci6n, un espahol dispuesto a tomar la defen- sa de los oprimidos colonos. La conversion de Conte fu6 una perdida enor- me para el Partido Espafiol, tan grande como fu6 valiosa para el Partido Liberal; porque 6l, s6lo 61, supo comprender y demostrar que en el siste- ma arancelario que en Cuba se persegufa con el titulo de cabotaje, se refugiaban los iltimos res- tos del torpe monopolio que encontr6 su formula en las asfixiantes leyes de Indias. A Conte y s6- (79) La lucha politica en Cuba, pig. 169.