210 CUADERNO DE CULTURA sonal esfuerzo, desde aquella hora el intratable y Aspero Avendafio y otxos espaholes que a Aven- dafio se parecian, le negaron todo trabajo, y es- to, sin esperanza de encontrar compensaci6n al- guna entre sus nuevos amigos, como lo prottaron los sucesos posteriores; ya que jam's se le brin- d6 puesto en la Comisi6n Permanente de la Di- putaci6n Provincial, como por sus portentosas campafias econ6micas en El Triunfo y en El Pais ni pretendi6 ni recibi6 remuneraci6n alguna. Conte cay6 gloriosamente en su camino: ha- bia sido c6mplice de la funesta y odiosa politica que prolong una guerra safiosa y devastadora; pero quiere a veces la suerte que el perseguidor de hoy se convierta en el ap6stol de mafiana. El que desde las columnas de La Voz de Cuba no ha- bia encontrado una sola palabra con que discul- par siquiera el alzamiento de los cubanos, es- tamp6 mis tarde estas frases terribles, que cons- tituyen la condenaci6n mis tremenda del espiri- tu de explotaci6n abominable que anima a la ma- sa general de los espafioles en Cuba: La lucha entre peninsulares y cubanos es evidente: tie- ne, al parecer, raices profundas y fundamento, mis que en las diferencias de opiniones y de tendencias politicas de los unos y de los otros, en la pretensi6n por parte de los primeros a ser los amos, siendo los menos ;a ser los mejores, siendo los menos instruidos; a ser los rbitros de los destinos del pais sin haber nacido en 61, sin aspi- rar en 61 a otra cosa sino a las riquezas, los honores, el poder y la influencia; pero no a su progreso moral ni a