ECONOMIA Y CIVISMO 203 los principios y en los procedimientos. Se nos antoja que ha de ser la cosa mis natural y sen- cilla del mundo encontrar por done quiera la integridad constante de caricter que resplande- ce en patriotas tan inmaculados como Wdshing- ton, y tan humanos y magnanimos como Joaquin de Agilexo. Mas, a medida que la mirada penetra en las impurezas de la sociedad, no tarda uno en convencerse de que los caracteres, a'n de los hom- bres que mas excitan nuestra admiraci6n, por re- gla que apenas admite excepciones, son la con- creci6n de numerosos elementos fisicos y psiqui- cos que obedecen, de manera mis o menos in- consciente, al influjo del medio, que es, a su vez, la ponderaci6n de elementos geol6gicos, 6tnicos y sociales que, pugnando entre si, dan origen a variaciones de numerosos matices (7(;). Si acierto a expresar mi pensamiento, dire que la historia de Cuba nos presenta frecuentes y sobresalientes ejemplos de las evoluciones que el hombre va experimentando en sus ideas y en sus sentimientos en el curso de los afios. z Quien ha- (76) Hace pocos afios que un distinguido cubano me de, cia: "Para vivir, hay que adaptarse al medio". Tenia raz6n. En el orden social, como en ci fisico, es condici6n de vida la adap- taci6n del organismo al medio; pero, ique serie de matices tan numerosa se produce en los caracteres al efectuarse la adap- taci6n individual! iQub abismos entre el concepto de la adap- taci6n entendido y aplicado por Varela, Luz, Gener y el conde de Pozos Dulces y el que tuvo para Joaquin G6mcz, Juan Poey y Tomis Terry! Ese cubano, a pesar de su doctrina y experien- cia en el trato de los hombres, no pudo explicarme por que la adaptaci6n, que es condici6n de vida, no basta a determinar el