ECONOMIA Y CIVISMO 193 Si las huestes de la Revoluci6n hubiesen toma- do a Puerto Principe antes de terminarse el aflo 1868, es muy probable que muchos cubanos que, como don Juan Poey ,estuvieron en el retiro es- pafiol, hubieran echado su dinero y el prestigio de su nombre en el plato de la balanza en que al fin se encontr6 rota la espada de los vencedo- res en Palo Seco y en las Llanadas de Juan Mu- lato. En 1868 la masa mis poderosa del pueblo cubano odiaba a Espalia, pero mAs que a la Re- voluci6n preferia el azdcar que en los ingenios. fabricaban las manos de los negros eselavos. Combatieron, si, cubanos solos contra cubanos auxiliados por espafioles y Astos, el dia del de- sastre, se cifieron las palmas del triunfo. La victoria de las armas espatiolas en Cuba fu6 un fracaso s6lo comparable al de la campatia de Santo Domingo. En cambio, el buen suceso de la politica de dominaci6n parece insuperable, s6lo asi pudiera comprenderse el imperio del com- ponte y los honores, sin alardes y sin ruido consumados en las fosas de la cubana, en la 6po- ca del general Fajardo, sin que resonara siquiera un grito de protesta. Revista Cubana, 1889, t. IX, p. 544-551. nos alcanza que fuesen muchos los afios que mediasen entre el combate de Lexington en abril de 1775 y la dcclaraci6n de in, dependencia en julio de 1776". La erudici6n del senior Azcirate corre pareja con sus doc- trinas de derecho politico.