ECONOMIA Y CIVISMO 185 presa que al cabo de tantos lustros de residir en el pais en que se ha enriquecido don Jos6 Ma. Avendafio regresa a su querida Espafila, a exha- lar el filtimo aliento, con el cual se extinguird su odio mortal a los cubanos. No fu6 colono el espafiol; pudo conquistar, pu- do dominay en la 6poca en que sus armas pesa- ron decisivamente en los destinos del mundo; mas nunca fund una sociedad en que no flo- reciese vivaz el despotismo, o la anarquia, ni que dejase de ocultar en su seno el germen de la bar- barie y de la miseria. En pocas palabras, exter- min6, oprimi6, explot6 con codicia imprevisora y corrompio, pe.ro nunca, jamas colonize. Toda- via, en medio de la flaqueza politica de su pa- tria, los hombres piiblicos de Espafia, si alguna vez logran reunir algunos miles de pesos, no in- tentan siquiera fomentar las riquezas de la tie- rra, ni abrir nuevos, mercados a sus lAnguidas indust.rias, sino que acometen empresas tan su- periores a sus fuerzas, que se ven obligados a abandonarlas a poco de iniciarlas, como se vio en la guerra con marineros, o acuden, en ridicu- la algarada, a conquistar a calionazos, el respeto y el amor a las Repdblicas del Pacifico -hijas ingratas que no han querido, que no quieren vol- ver a gozar de las delicias de la independencia colonial, tan tentadoras en el ejemplo de Cuba y Puerto Rico- o suefian con restaurar el pres- tigio colonial de la naci6n, levando a la misera