ECONOMIA Y CIVISMO 91 nuria de las cajas del Fisco, porque en 1823 se inaugur6 aquel ciclo de "remesas fabulosas que para saciar la insaciable sed del Tesoro de la Me- tr6poli, se remitian mdebidamente ( ). mulo para ese movimiento Ia continuaci6n del sistema prohibi- tivo, ya anatenatizado por la ciencaa administrativa de toda na- ci6n bien gobernada.-(Diccionario geogrdfico, est distic, his- tdrico de la Is!- de Cuba, tonio 49. Dag. 222 y 559). (52) No son istas, palibras que hayan brotado de labios cubanos en imomento dce dL.c rosa indignaci6n: ban salido de la pluma de un espaiiol curopec. de un Secretaric del Gobierno Politico de La Haba--. Je us Ofcial de Voluntarios, el senior Just Zaragoz), a quien nade acusarn de afecto a los elementos revolucionaries c refornstas dl a Isla. Seg6n ei mismo Zara- goza, .L:sde 823 hasta 30 de Janio de 1866, las arcas del Tcsc c- no contsbuycron ls gastos de Espafia con $82,165 41 y 5!/2 rcates fuertes, en forma de Reales libran- zas que aauI se n2 1sn v de sobrantes que se remitian, o sea un procredio anual de $1,888,860,72 en 43/2 afios, despu6s de cubT ,r los gastos de un presupuesto verdaderamente i'nico en ]a historia de la explotaci6n de las colonias. Ese promedio naual del situado de Cuba supera en 137,3 por ciento al de 560,000 pesos que arrojan las subvenciones y situados que en La Hanana se depositaron durante tres centurias para facilitar su dci buci6n entre diversas partes del continente y las Anti- Has. Afirma el sefior de la Pezuela que Cuba empez6 en 1827 a reintegrar a su Madre Patria una parte de los beneficios recibidos, enviando a su Erario su primer mill6n de peses", y que el tributo ordinario de las remesas ascendia, en 1865 a 89,107,287 pesos fuertes, en que se incluye el mill6n de 1827; en tal supuesto, el promedio anual del situado de Cuba serian $2,344,928,61, 6 bien 318.73 por ciento de aumento sobre los $560,000 del situado de Nueva Espafla. No hay para qu6 afia- dir que en estas sumas no se comprenden las cuantiosa sus- cripciones pflblicas con que los habitantes de la Isla han auxi- liado al Estado y a los particulares desde la guerra de la In- dependencia hasta la inundaci6n de Murcia (1879). "Ha su, anistrado Cuba -dice el seflor de la Pezuela- para la guerra Je A frica casi tanto con un solo mill6n de habitantes, como s5 Metr6poli entera con diecisiete". "Cerca de veinte millones J, -.ros", habla Zaragoza, lhbr6 a la Peninsula el general Con-