90 CUADERNO DE CULTURA hibida por leyes, I por qu6 consintieron que 6stas cayesen en desuso, y por qu6 esas autoridades las conculcaban al tomar el acuerdo de 10 de mayo de 1827? La respuesta es muy sencilla: el Gobier- no de la Isla, sobre permitir la circulaci6n de las pesetas provinciales en las transacciones entre particulares, habiase complicado de una manera mas formal, admitiendo aquella moneda a raz6n de cuatro en peso, y, en consecuencia, estaba obli- gado a indemnizar a los tenedores y para tal in- demnizaoi6n no contenian las arcas del Tesoro cubano recursos suficientes. Ya no venian situa- dos de M6xico (51), ni era de extrafiarse la pe- (51) Los situados de Nueva Espafia con que se cubrian necesidades de la Florida, Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba, y a veces de otras posesiones, se remitian a La Habana en cum- plimiento de la real c6dula de 18 de noviembre de 1584 y ne- saron n 1811. Cuentas muy galanas echa el seficr Jacobo de la Pezuela cuando dice que Cuba, sin haber aun producido nin- gun beneficio pecuniario, cost6 a su Metr6poli, desde 1511 a 1811, mas de 160.000,000 de pesos fuertes en que conputa las subvencio-1es de Ebpaila y los situados de M6xico. Ademis de olvidar sus propias afirmaciones respecto a la distribuci6n que se hacia de los situados, el senior de la Pezuela no ha recorda- do las positivas ganancias que resultaban a la Madre Patria del monopolio inicuo que le aseguraba el si-tema m'rrandA, tan funesto, a la postre, a la dominaci6n espafiola en America, que al hablar de la real orden que a nombre de la Regencia se pu- blic6 en 17 de mayo de 1810, y que autorizaba el comercio directo de todos los puertos de Indias con las colonias extran- jeras y naciones de Europa, el mismo autor emite un juicio tan enfftico como 6ste: "Acaso de tanta trascendencia fu6 que no llegase a circular y ser cumplimentada esa Real Orden, se- g6n Toreno arrancada por sorpresa, que de haber sido cumplida, fuera la mejor defensa que nos hubiese conservado la domi- naci6n del vasto imperio colonial que entonces empezaba a emanciparse del domino espafiol, sirviendo de primordial esti-