74 CUADERNO DE CULTURA de para lograr que las nacientes Repilblicas se prestasen a doblar de nuevo la cerviz al yugo de la terrible dependencia. Aquella cedula, inspirada en las justas y previsoras miras de Valiente, Arango y Viatia, en el Consejo de Indias, con vigorosa elocuencia mantenidas, y la fraudulen- ta introducci6n de esclavos africanos consentida por los gobiernos de Espafia, afianzaron la va- cilante fidelidad de los colonos de Cuba en los dias en que Bolivar proyectaba la invasion de la Isla con las, vencedoras legiones de Colombia. A medida que los rigores del monopolio mer- cantil se atenuaban por la amplitud que se iba dando al trafico con extranjeros, prosperaba la colonia cubana; pero la prosperidad era tenta- ci6n a que los Ministros del Rey facilmente ce- dian en los apuros del Tesoro de la metr6poli, ocurriendo al bolsillo de los buenos vasallos de S. M., a veces para objetos de remotisima o de ninguna importancia en la administraci6n o en la suerte de las colonias. Este fen6meno politico -que en nuestros dias comienza a parecer ex- trafio, adin a los mis fervientes defensores del privilegio metropolitico-, mirdbase entonces co- mo una sencilla aplicaci6n del concepto que de la colonizaci6n tenian los estadistas espafioles. La carga del impuesto en las Indias Occidentales no se media por la ascendencia de los gastos piibli- cos en las diversas colonias ni por la cuota con que proporcionalmente hubiesen de subvenir a las