ECONOMIA Y CIVISMO 5) pacificos vecinos de La Habana a la vez que en la tropa de su guarnici6n y en los dependientes de Marina, que alegaban que las mujeres de los oficiales se verian obligadas a vender sus alha- jas para satisfacer la contribuci6n. El celoso In- tendente, al elevar consulta, en 21 de junior, al Secretario de Estado don Jos6 de Gdlvez, pare- cia entre.pesaroso y despechado de que las cuo- tas recaudadas por el donativo, ailn extendidn- dose a las mujeres, no habian Ilegado a diez mil pesos, por mds que se hubiese recorrido la ciu- dad dos o tres veces. Yo ignoro la resoluci6n que a la dificultad quizds daria el c6lebre Ministro. Consigui6se, sin embargo, que hasta 1785, este impuesto rindiese 21,543 pesos (26). A este donativo sigui6se el que se impuso a los comerciantes y a los pulperos por gastos de la paz concertada con los argelinos "para libertar", dice Lafuente, "el comercio y las costas de Es- palia de las insolencias de aquellos piratas (27) y que en los afios 1786 y 1787, produjo 20,823 pesos (28). Por real orden de 30 de marzo de 1793, exi- giose a los pueblos americanos para subvenir a (26) LA SAGRA, Hist. Econdm. polit y estad. de la Isla de Cuba, pig. 240. (27) Modesto LAFUENTE, Historia General de Espafia, tomo XXI, pig. 22. (28) LA SAGRA, Hist. Econdm. polit. de la isla de Cuba, pig. 240.