ECONOMIA Y CIVISMO 51 Producia esta contribuci6n ocho mil pesos al aflo, hasta que ces6 por real c~dula de 12 de octubre de 1778 (21). No furon recursos de Espatia, ni situados de M6xico los que el gobernador Davila emple6 en las obras de defensa de La Habana cuando las incursiones de los piratas levaron la miseria, el terror y la muerte a los habitantes de las desamparadas poblaciones de la Isla. "De los cinco mil vecinos que la capital contaba en- tonces", dice Pezuela, "no se desentendi6 ni uno siquiera de contribuir .con su peculio o con sus brazos a la comfin seguridad y defensa" (22). Entre los auxilios ordinarios y los donativos que al rey Felipe V remitieron en 1707 el Perfl, Nue- va Granada y M6xico, cont6se la ofrenda de 7183 pesos que La Habana entreg6 a don Andres de Pez, jefe de la flota. "No se presumia ain", -observa el mismo Pezuela- "que en casos pa- recldos excederia en riqueza y desprendimiento, andando el tiempo, a las demis ciudades espaflo- las" (23). Cuando el conde de Ricla vi6se con- trariado en la ejecuci6n del plan de fortificacio- nes de La Habana por la lentitud del virrey de Nueva Espafia en remitir los caudales y los bra- zos que se necesitaban, dos vecinos, el marquis de Villalta y don Domingo Veitia, proporciona- (21) LA SAGRA, Hist. econ6m. J)0lit. y estad. de 7a isla de Cuba, pig. 262. (22) Historia de la isla de Cuba, tomo 29, pig. 158. (23) Historia de la isla de Cuba, tomo 29, pig. 268.