3-2 CUADERNO DE CULTURA Castilla (4), ha dicho que no fu6 el Emperado.r "quien delbberadamente desparram6 por el vasto continente americano las vitales fuerzas de la naci6n espaiola, sino ella misma, empujada por la ambici6n y codicia individual de sus hijos". Estas pasiones tremendas, en consorcio intimo con el fanatismo religioso, -la mis aciaga y cruel de las pasiones-, iluminan con luz siniestra to- da la historia del descubrimiento, conquista y do- minaci6n de Espafia en las Indias Occidentales. Adve.rsas eran las condiciones sociales en que la naci6n se encontraba para lanzarse al descubri- miento y cofquista del Nuevo Mundo. Las nume- rosas guerras entre las diversas nacionalidades que se formaron en la Peninsula a la disoluci6n del Imperio romano, prolongaron la lucha inte.r- mitente con el Arabe, -que trajo en pos de si la expulsion de los judios y de los moros- y deja- ron a la naci6n escasa de habitantes, resentida en su industria y su comercio, pobre de recursos y habituada a buscar en los p.rocedimientos de la fuerza la resoluci6n de todos los conflictos. En esos criticos momentos de efervescencia po- litica y religiosa, el nauta genov6s abre un vasto cont~nente a la ambici6n, a la codicia y al fana- tismo religioso, que, de otra manera, hubi6ranse empleado en las contiendas civiles; pero el espa- (4) La Espaiia Moderna, n~imero de enero de 1889.