30 CUADERNO DE CULTURA jado ni satisfecho ni resignado, y que reivindica el derecho, a menudo conculcado, de censurar, de condenar, de abominar cuanto rebaja, empeque- fiece o deprime la personalidad cubana, y que, al juzgar las relaciones entre la madre patria y la colonia, aplicard su criterio con la misma inde- pendencia, con la misma firmeza que a ciertos coterrdneos pusildnimes parece admirable en los labios de CAnovas del Castillo, de Silvela, de Ge- ner, de Salme.r6n y de otros muchos espafioles eminentes cuando formulan opiniones sobre el estado social de su patria. Al hablar de los subsidios de Cuba a Espalia, no me consideraria en manera alguna autorizado a reclamar vuestra atenci6n, si me limitase a tra- zar el estado de las deudas y de los impuestos que actualmente gravitan sobye la colonia, en- trando en seguida en la serie de reflexiones que el mismo sugiere; porque nada tendria que deci- ros que vosotros no supierais. Quidame, pues, un camino tortuoso, poco frecuentado, riscoso a ve- ces, obscuro siempre y cuyo texmino habrd de. ser un campo Arido, desolado y melanc6lico, cual pdramo inmenso cubierto de tinieblas. Tened, sin embargo, valor; que no pertenec6is ni al nuimero de los frivolos ni al ndmero de los indiferentes, como lo probdis, consagrando parte de vuestro tiempo al estudio de los problemas sociol6gicos de Cuba, y yo os prometo que la expectaci6n de