JOS estudios econ6micos no han tenido mu- chos cultivadores de valer en Cuba, espe- cialmente en los tienpos de nuestra cons- titucian definitive despus de la independencia. La inclinaci6n hacia esas disciplinas no es la que una realidad de isla iediterrdnea deberia impo- ner a los cubanos, ni la que en 6'pocas anteriores lanto influy6 en la econonia national. Para ciertos observadores, tal anoinalia tiene explicacian en los deficientes prograinas univer- sitarios, que no incluyen altos estudios de esa in- dole, ni de otra alguna. Acaso no habrian teni- do aceptacian unos planes diferentes a los que otorgan diplomas y ti'tulos siitiles para vivir, y for ello una categoria de ensefianzas de especia- lizacidn superior que no sean de aplicacian in- mediata y provechosa podria recibir la indife- rencia del aluinnado. Asi, la economia politica es en la Universidad una asignatura de perfiles prdcticos, lo misino que la de hacienda piiblica. No van por distintos runbos las de otras carre- 7