O cCoo3ooCcxO f COLlDOaiDOQCS Dr. Rafael' deCiVaUe . A. Xegnju Sanjurjo COLACODADOCC9 :? A y Zr. Sergio Cueras Zequeira J r-, )-. X .h'ndrinwz Castro o 6 A V M. Avila Blanco Eugenio Astol BusaU Vicente Mes o Dr. J liodrnuez Castro X L. Rodrguez Cabrero A 3. Gonzlez Garca 6 A V :'-;.8 00 O Jase Gonftls 00 00 5 S? JM 55 la -M -jMWWimi $m?.mg sm? ira 1 3 Oh WM:e ll-lQ MOSAICOS AHTI6U05 uriinxii tlel Emperador v Rst bamo? en la terraza en aquella calurosa tarde vernal. Abajo el Ti Ti-vr vr Ti-vr verdi-negro, lama los muros le- pros os del palacio de los emjeradores, y sobre Roma, la ciudad imperial, un rayo crdeno, como si fuera de sanare, purpura ta en las torres, en los monu monumentos mentos monumentos y en los sepulcros. Cerca, en el sitial que cubra ancho pao de tis con grandes ramos de piedras preciosas, hundido en una expresin moribunda, Caracalla, de ojos largos, sensuales y con reflejos metlicos, miraba el racio mientras mi boca crispada por un rictus extra extrao o extrao balbuca frases como centelleos de tormentas: era a terrible hora roja de neurosis del Emperador. En el sitial prximo Rexia, blanca como la leche, con su casta tranqui tranquilidad lidad tranquilidad do concubina imperial indaga indagaba ba indagaba al fondo tenebroso de las pupilas del Emperador, y sus manos como pu pursimas rsimas pursimas azucenas rasgaban la seda de su filo entreabierto, travs del .cual surgan rosadas sus bien tornea das piernas. Yo -entonces jefe de lo guardias nobles miraba temerosa 2a lejanas azoteas donde mujeres con los senos desnudos escanciaban mieles en las nforas multicoloras. Bien rugi Caraca lia,-i rgnindo rgnindo-je'j je'j rgnindo-je'j sealando icn un dedo flaco y rugoso, ese es mi mayor deseo. La voluptuosidad en el sufrimiento. El ltimo beso de Rexia con el ltimo aspiro. Ver sobre el cuerpo plido, como la ancha hoja de nelunio, la fili filigrana grana filigrana purprea de la sangre. Hundir entri sus trenzas rubias masque las inieses de las lampias romanas mi imana Eaarea, .... I Y en esfuerza de iluminado, el Em Emperador, perador, Emperador, envuelto en su ancha tnica granate, loa- calcllos sujetos por un aro de aznno! acero, diablicos los ojos -y temblando la mano, avanz ha hacia cia hacia Rexia, y paiando un brazo por el talle felino ce la bellsima nia, la apret contra xn pecho, mientras hun hundindola dindola hundindola mano jen el seno palpiinte de la avoriSa,: sepult rpido bajo ej Iecho marmr!0-tino pual de egip' cas inscripciones. Rexia cay".' j La sangre en borbo borbotones tones borbotones ba s-niiveo trag; bajo el seno a l io y ei"ecto la herida sangraba, for formando mando formando un lago sobre la terraza, y en entonces, tonces, entonces, mientras yo atnito y espan espantado tado espantado me recostaba en un triclinio, el fantstico soberano, con los oos sn snameos, ameos, snameos, como pilctico, bebi en el eno de la hermosa muerta aquella sangre huinean33. ..'.Despus, alzndose sereno, me mir severamente y me dij o; Tito Marcus nicamente asi puedo curar mi neu neu-.rosis. .rosis. neu-.rosis. La mat perqueila amaba. Su sangre es el ;aico tnico para equi equilibrar librar equilibrar mi temperamento. Necesitaba sangre, como ia necsita un dios; y" ya, Garacaa, Emperador de Roma, ha saciadolsa neurosis. Necesitaba una vctima hermosa; de grandes ojos h hmedos medos hmedos y de bella boca roja j Y en aquel crepsculo crdeno, la silueta espantosa del Emperador se esfumaba en un vapor purpreo, cu y os fuertes matices eran el granafe de su tnica de terciopelo, el rayo de fuego del sol moribundo y la sangre hirviente, que aun destilaba el duro pecho ds la rubia Rexia....! " i FraticttCQ Garca Cisneros. Xew Vori Enero de LA HAnSSULESA Es la msica de la revolucin' Esas notas vibrantes, rudas, enrgicas, son . ; : ; Knca FncBKDcgn odie Instaladas cuya gran ca mente sees e conocimiento no iguala: ppi redentoras. Pudieran considerrse considerrselas, las, considerrselas, dice Lamartine, como un nuevo eco de las Termopilas; son el heros herosmo mo herosmo cantada. Los tiranos deben odiar esa msica que est al servicio de la libertad. Himno grandioso la jus justicia, ticia, justicia, al amor y la fraternidad de los pueblos. - cLa ilarsellesa vibra en los labios lvidos de coraje, cuando en. el cora corazn zn corazn se agita la clera como una fiera hambrienta. Es la amenaza que se yergue. Es la indignacin que se des desborda. borda. desborda. Cuando La Marsellesa resuena, el despotismo se estremece. Pars, que la canta, no soporta tiranos, i-a Re Repblica pblica Repblica Universal: he ah lo que exige ese cntico! LA DOniHQUEUA Es la danza del pas: Es el canto puertorriqueo! Los oprimidos de siempre, los esclavos eternos sin re redencin dencin redencin y sin ventura entonan ese himno, que parece venir, como un blsamo, de los infinitos cielos. laBorinquea es la cancin de las lgrimas y de las tristezas. Himno doloroso del pensamiento combatido. Canto melanclico del ideal martiriza do. Es el suspiro oue brota. Es el ay! que se exhala. rsecesi tamos algo mas viriL, mas fuerte, mas rudo. Que no nos traiga recuerdos dolorosos, sino que nos ins inspire pire inspire esperanzas redentoras- Que no nos haga llorar, sino que os. impulse a la lucha. Que sea, no la expresin d una pena, sino la manifestacin de un gran odio! Augusto Malaret. ( FRAGltELSTO ) ; Ah jomen) plrr jne yo ifuorab Abro mi esnua, lzo ljos. 0 Tmsmrm. Yo no retaba nunca : en las altares La vi una vez arrodillada y sla; Amaneca y en las naves iba Por grados disipndose la sombra. Saa cabellos tendidos por la espalda, Sa rostro oculto entre nevadas tocas, Las manos jautas y los ojos fijos Del pavimento en las .pintadas losaf, Pareca nn arcngel de los cielos Mirando el nacimiento de la aurorar Oraba y su palabra ce perda Como un arpegio por las altas bvedas. Y comprend el valor de una plegaria; Y or con la emocin sublime y nonda, Del que v disiparse como humo La dada que le asedia y le devora. Lua Muoz Rivera. lSSi. Sueo con las bellas de papilas garzas, fugitivas sombras qae la mente exaltan. Bajo ios castaos - se agitan y danzan, cuando amarillean las flexibles ramas al susurro blando de otoales auras. Mirad : ya la noche sa perfil levanta, mardando en su veste las chispas de plata que el cielo iluminan y bruen las aguas ; ya todas h s las n os y en e ninguna s C?, o 9- i paciaad. ondic del Peni yctri d pcr.xjcr,fiinipo TOEO & COUB: (a arroja la tarde sa manto de grana, buscando el refugio de abrupta montaa ; ya pliegan las avee sus rpidas alas, que surcan el aire cnal naves gallardas ; los toscos pastores el rebao llaman; las ores nocturnas sus hojas dilatas, de la lana amantes, del roco vidas ; ya bailen ios iiilfos, ya ren la hadias, ya surge el misterio que la sombra guarda; y en tanto las ninfas con alegre danza voltean es torno i de vivida llama, bajo los castaos, del bosque patriarcas, qa cabrea ioi nido de espesa hojarasca. i- Saijcon las bellas f de papilas garsas 7 fugitivas sombras qce la mente exaltan. Vespertinas tintaa - suir ojos irradian. Hijas del otoo, coia sa anciano andan y non las que secan" j laii verdes guirnaldas. Mas slo al ocaso se muestran as gracias: - no bien de Selecta la fulgida lmpara, esmalta las ores con temblaEtes lgrimas, huyen las deidades de papila? garzas, y lacen sin celos las estrellas plidas. ilugenio Astol. mis Jim&EimEJS Ya habo luz:.. Sas ojos brillaron obre m y se i la min mi alma. ... Y dentro de mi alma contemplis, j con sa rostro d ngel dicindorae: oy tuya. ... soto tnya .: Las tinieblas se rasgaron y las estre estrellas, llas, estrellas, titilando desde el infinito, parecan parpadear como adormecidas por sos amoroso arrlios. La bes en la frente y ella me dijo: Bsame en -La boca, porque mis labios estn sedientos de amor. Yo jante lo ra ios los gayos, y rae pareci qae besaba una rosa. Lleg & mi pecho sa fragancia y sa aroma mi corazn. Y desde estonces rae parece qae vivo entre las ores. Que me acarician los cfiros. Y que me sonre el bnen Dio ...... Ya hubo luz Loa encontr bebiendo ...... Bebiendo champaa, El vino de las alegras Uno de ellos me dijo: Yo estoy contento, porque sus pupi pupilas las pupilas me raimaron. El otro" r Yo lo estoy, porque me entreg ra corazn El otro: Yo porque llegu estrecharla entre mis brazos..,-- v El otro : Yo, porque me convenc de su ternu ternura. ra. ternura. ..." .. Y sa vez, ellos me preguntaron : T tambin no ests contento. ? irnEn maauinas recioiuas uitiiiiaiiifcjiit? vain uicn iiuuo perniit tMr coirtiiam iones nronias pBlio para q ue Otf a marca. Cx La Delicias ; Luis CaV, Lo estoy, respondilea. Aporqu....?. Pero co les supe contestar. Ayer estaba triste ; Hot alegre.. .. .. Ayer era desdichado. ; Hoy rae encuentro feliz. Si ser toilo esto ek ltimo dentello il una lea.,....?. O la temible claridad qne ilamina las partas del abisma .? No lo s.. .. I- qne e es qae ayer estaba triste. Hoy, alegre...... Qae ayer era desdichado. Hov feliz Se acabaron mis lgrimas..,.,. Machas ms he derramado ; Pero se perdieron sin qae yo las pu pudiese diese pudiese recoger.. .... Otras permanecen an dentro de mi alma. Y. sald ra "nan lo n i al m a sal g, para volar con ella al indoito .... -Yo g que iaa que h vertido nadie las corupreude Mentira......: Hay quien las comprenda. Las comprende mi corazn. Mi corazn oue comprende todo. ITodo lo xoo. ;4 l jQa Lstima le tengo mi pobre co corazn! razn! corazn! M. Qxnzlez Garca t TRIPLICE ( DEL FILA.XCS Si yo tnviera un estadal de tierra Llano, valle montaa Con nn torrente, manantial arroyo De semovientes agaas,; Plantara un olivo, sauce fresno, Y un, techo levantara De blago, de caas o de tejas . Del rbol en las ramas Colgara un pequeo y d alce nido De yerba, pluma lana Qae diera abriga un pjaro canoro Pinzn, mirlo calandria. Labrara en mi hogar mullido lecho - E&tera, cana, hamaca Que guardase una hermosa nia blonda O morena castaa. 1 Tan slo un estadal quiero ; uno solo - Que recorra mi planta, Para decir a la mujer divina r . Qae impera aqn en mi alma : Ponte de pie, mi bien, ante los rayos Del 0l que se. levanta ; Hasta doela sombra se dilate So.. -5 la vere grama, Trazar el hw tC;ste de mi vida; Y olvidar mis ansias Ea la tranqaiia posesin de nn mundo Que alambre tus miradas. jEs ilusin, es homo, toda dicha Qae la mano nu alcanza J. A. fie g ron Sanjurjo. LOS SESOS VEHOES Temblando ,1a alba copa en la nerviosa mamo, con tiebre en la pupila de resplandor siniestro, como el que nada espera, como el qae nada implora, como el que solo sufre, as est el pobre Pedro!.. .. Fugaz huy el enjambre de aquellas ilasiones que raadaa lo dejiiron para volar muy lejos!.. , v DdniKiDtiL para inmediato consumo pruebe y s T-r n Tabaquera ; Ilirtzt- yIIrt2 o &) Ecb Pczco y solitario y triste, cual nmade errabundo amarga hoy su existencia la hil e los recuerdos. Am coa insensata, con loca idolatra la querida rabia de corazn de hielo da fatal eirena, k la perjura blla que hundiendo por siempre ; en el abismo negro!.. Sin f aerea ya y sin lachas para olmdvr las penas de horrible desengao, en su dolor supremo, coa sed rabiosa apura lairondas del brebaje, Las ondas opalinas dejBiatador ajenjo!, Sa amor est en la copa de cristalino tono que ostentan los del iris colores opulentos! y el hombre bebe .... bebe con lujurioso ahinco de la qt-eriili renle los inefables besos la Manuel II. Agoitia. Enero de 1899. Camino de aquella ermita -Que encima del monte est Y enrojecidos los tristes Ojos de tanto llorar. Turbio el cielo, mudo el viento Y grande ia oaedad. Mi madre me preguntaba Las causas de mi fesar ; Y yo por toda respuesta Y sealndole all Muy arriba, moy arriba, En la azul inmensidad, Unos jiiones de nubes Que flotaban al azar. Le dije casi llorando Por no contarla mi .mal- Madre, detrs de esas nubes, Qu bien se debe de estar Luis Ram ds Vin. sogms BEa. sisa- Dos lneas en una tira de papel me anunciaron el paradero de uno de mis amigos ms queridos de la infancia, Decan esto : Pepe: quiero verte an antes tes antes de morir. Asilo de Damas. Ernesto. Ernesto era hijo un ico "de anos hon ra i os artesanos de mi pueblo, qae ha haban ban haban dedicado todos saa ahorros en dar alguna educacin aquel ser, objeto de todas sus esperanzas futuras. Nio an Jerdi Ernesto sa buen padre, que sucumbi de una fuerte caMi de ua an andamio, damio, andamio, pues era aibaih Ya adolescen te, pas Ernesto por la terrible prueba de ver bajar la fosa comn sa santa madre, vctima de la tisis. Solo pwes- encimando tuvo qne abandonar sus estudios-para erapiender la luclu con la subsistencia, que salvaba trabajando diez horas diarias en una oficina. Er nesto habla heredado de su roa lre ia ti- sis ; pero uua tisis larngea, tetnioje una de esas dolencias que van consu miendo el rgano en qne hacen presas. con esa traidora lentitud con que la go gota ta gota de agua horada la grantica roca, Cruel sarcasmo de la vida! Hay vidas qae se prolongan para el sufrimiento, resultante de una sentencia suprema y desconocida y hay circunstancias en la vida en qae queda triplicada la da culpabilidad del suicidio. Ernesto, en existencias completa- convensa d n nn n n n i.- ...... Cf -1 Czjxzo y Colrruio i V.&Pres; & C? Abn&csaiat Avelio ,fia era uno de esos teres, qae donde quiera que miran een la lgubre frmu frmula la frmula escrita por Dante. Conoci Emilia, ter perfecto, por que sa mitolgica belleza material oua un don moral sia puntos oscuro y una educacin esmerada; pero era rica; y aqgt vio .rnesto una sima pro profunda funda profunda abierta y en su antro, con carac caracteres teres caracteres de fuego el Laxiati ognV$pe ognV$pe-ronza ronza ognV$pe-ronza f Aquellas dos almas, bailadas en una misma luz v ungidas con igual leo de virtal y nobleza, e entendieron y se atrayeron hasta confundirse en un abrazo; abrazo ideal, msticOj incorp incorpreo, reo, incorpreo, pero indisoluble. Pero ay! Nin Ninguna guna Ninguna pasin es tan sucptible de contra contrariedades riedades contrariedades como el amor; l-' tn per perceptible ceptible perceptible nubecilla empaa sa azulado cielo; la mis iasignificacte sombra tur turba ba turba sa hermosa diafanidad. Pronto sa convenci Ernesto de ello. Ea la pri pri-Riera Riera pri-Riera r etapa de la concepcin, sabore las mieles del idilio; se goz y se ex ex-tasi tasi ex-tasi en lospejismo de la contem contemplacin placin contemplacin mstica ante la cual desaparece el raaudo, lo tangible. Qu hermoso perodo! Entonce, las grave! ad es de la vida se convierten en tribiaiidades. - Habr alero ms grande v arrobador- que la dilatacin del alma enamorada? Es acaso una causa materia a que se pnspfora le nnestro albeldro? :Se du da! El amar, puro, casto, si u relos le concapiscenciaillega k nosotros envuel envuelto to envuelto n un velo exceiso, misterioso; ante - el, nuestro espritu yace tle n mojos. El ner objeto de nuestra adoracin hue hue-II. II. hue-II. I iprra inri mostrrnosla ilumina da, y con ia casta frente roza el cielo cuyo renejo nos .alumbra; su esencia absorve la nuestra. Una especie da infiltracin beatifica se efect entre los dos, que explica el mas ideal, el ms augusto de los misterios; todo ex. puso en nuestro pensamiento y en nus- tras coaeiencias. Ante la casta volup tuosidad de dos almas nobles que sim simpatizan, patizan, simpatizan, pierde la esencia el imperio material, y las dos almas se confunden en un himno; el cuerpo de la mujer ama amada da amada se funde en luz, y nos baa en las aureolas; y el ser goza: disfruta d los incomparables nectarios de la felici dad...... pero tarde temprano esta establece blece establece los reclamos l egoismo material. A las suavesy dulces prodigalidades del espritu, suceden las groseras y bes- t i!f 4riorpniift tie la erne: Vtodo un - cielo de rosadas y bellas ilusiones rue ruedan dan ruedan por el polvo de la ambicin, holla holladas das holladas ain piedad por ia vil y asquerosa planta del egoismo humano. Bajo el peso abrumador de esta cruel realidad cay Ernesto para no levantar levantarse se levantarse ms. Los padres de Emilia ee opu opusieron sieron opusieron las legitimas aspiraciones de Ernesto; precipitaron a a enlace"Ctm un--joven vicioso, pero rico. Emilia ffl fs desgraciada; y Ernesto, herido mortal1 mente sinti agrarrse su dolencia f fsica, sica, fsica, y slo, sm familia y pobre toc & las puertas del Asilo de Damas don donde de donde la caridad y la jUantropin rinden fervoroso culto la viitui ms grande de la humanidad. Jos OrtoTTluoz Juana-Diaz, Marzo 99. MARIPOSAS Breve y cristalina gota que de mis ojos te escapas y ruedas la mejilla despus de quemarme el alma; t eres el fiel testimonio de una alegra pasada, de ua ensueo de alas de oro, de una ilusin dulce y casta; t eres el ltimo rayo de aquella hermosa esperanza que un instante en mi sendero me ervi de luminaria! Leopoldo Torres Abandero. 10 p nemos su escelencia n n n llbrrolr 7