LA DEMOCRACIA 

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CiTRO DE COMISIONES 
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Se g-stionantoda clase de asun asuntos 
tos asuntos judiciales, Notariales, do ju ju-riadlccin 
riadlccin ju-riadlccin voluntaria contenclo contenclo-gjenlos 
gjenlos contenclo-gjenlos Tribunales de la Isla, 
contando en casos necesarios con 
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33 

sobre un extremo del acantilado j 
a el Salto del Monje 7 tan ceroa 
del precipicio, que daba vrtigo al 
mirarla, una silueta Inmvil; rala 
de un hombre que pareca hallarse 
sumido eu la contemplacin del 
Ocano, ese eterno tema de medi meditacin 
tacin meditacin para las almas, en las que 
Dios puso algo de levadura de me melanclica 
lanclica melanclica Poesa. 
A cierta distancia habrasele po podido 
dido podido tomar por un aduanero; pero 
un caballo ds silla, de gran precio 
y hermosa estampa, estaba atado 
un Arbol la orilla del camino 7 
que al parecer era desconocido, no 
confirmaba esta creencia. El Salto 
del Monje formaba oomo un estro estrocho 
cho estrocho Talle en lo alto del acantilado 
7 el jinete estaba sentado en lo 
alto de una roca con los pies col colgando. 
gando. colgando. 'Tena la cabeza apoyada 
en la palma de la mano 7 digrase 
que miraba coa extraQa tenacidad 
aquel mar Inmenso, cuyo sordo 
murmullo llegaba hasta l. No 
volTa la cabesa, como' si al pa parecer 
recer parecer hubiese olvidado que exis exista 
ta exista algo ms que el bloque de gra 
nlto que le serva de asiento 7 
aquel Ocano sin lmites que con contemplaba. 
templaba. contemplaba. Ah qu hermoso caballo, ma madre 
dre madre ma.-A-murmr Herminia 
acariciando al pasar la lustrosa gru grupa 
pa grupa del animal. 
Es verdad,- respondi Teresa 
xauy admirada al ver en un sitio 
tan apartado 7 en un pas alejado 
de todos loa centros de la moda un 
caballo de tanto precio, debe ser 
de eve se flor que est all arriba. 
En le filia se rean un maletn 
? una manta de viaje arrollada al 
ao de ste 7 de las pistoleras sa 
lan a medias de las cuales u par 
de pistolas, 7 todo esto eran otras 
tantas pruebas de que el jinete no 
daba un paseo sino que iba de va 
je. Lo probaban tambin la espuma 
que blanqueaba el booado 7 barro 
seco que salpicaba los remos 7 el 
pecho del htrmcso animal. A la 

cuenta se haba detenido all sedu 
cido por la belleza del paisaje 7 de1 
espectculo imponente que tena 
ante los ojos. 
Ea toa majer joven ha7 cierta 
dosis de Imaginacin quebusoa pas pasto 
to pasto sin cesar: para esas imaginacio imaginaciones 
nes imaginaciones todo puede ser origen de una 
novela, 7 la circunstancia mas for fortuita 
tuita fortuita en causa de extrais. Her Herminia 
minia Herminia vi en aq uel hombre, cuya 
fisonoma no poda distinguir desde 
donde sekallaba, as como tampoco 
el traje, ni adivinarla edad, cau causa 
sa causa de la distancia, 6 un joven des 
graciado y sonador que peda a los 
viajes y a los grandes espectculos 
de la Naturaleza, al aspeeto auste austero 
ro austero y triste del Ocano, consuelos 
para su alma, en que tal vez las 
pasiones haban hecho estallar ya 
crueles tempestades. De esto, A 
idear una novela, no haba mis 
que un paso para una joven exal exaltada 
tada exaltada ya por su propio dolor, era la 
cosa ms fcil y mas sencilla. En 
cuanto a la seora da Beapprau, 
se extremeci experimentando una 
sbita emocin. 
Quin sabe se dijo, si cst 
hombre no ser sir Guillermo de 
Herminia habase sentado en la 
orilla del acantilado sobre una faja 
de csped que creca verde al borde 
del precipicio, y experimentaba 
esa atraccin misteriosa del Oca Ocano 
no Ocano que obliga contemplarle; pero 
no obstante de vez en cuando le levantaba 
vantaba levantaba la cabeza y miraba a hur hurtadillas, 
tadillas, hurtadillas, con una mirada curiosa 7 
llena de simpata, aquel hombre 
que pareca haber olvidado la tie tierra 
rra tierra para fijar en el mar una mira mirada 
da mirada ardiente. 

La seora de eaupreau estaba 
sentada al lado de su hija. 
Madre ma, dijo de pronto 
Herminia que en aquel lugar sen senta 
ta senta con mas viveza las angustias da 
su dolor 7 quera hacer esfuerzos 
para tngsgarlo. Qu estar ha 

sea el que quiera fuera de Pars. 
Ah exclam Colar. Se me 
ocurre una i ea magnficat 
--Sepamej cual es. 
Pues creo que yo, que paso por 
amigo suyo, podra decirle que ha hall 
ll hall las huellas de Cereza y una no noche 
che noche llevrmelo hacia la parte de 
Bougival y all hacerlo despenar 

por Nicolo y el Cerrajero. 
La idea fs buena y lo que hay 
que hacer es ponerla en prctica 
cuanto antes mejor. No obstante 
espera a que yo te escriba. 
Sir Guillermo dl algunas rde rde-nes 
nes rde-nes mas su teniente y aquella 
misil a noche emprendi el viaje 
BretaCa. 

V 

Haca cinco das que la seora 
de Beauprau y su hija haban lle llegado 
gado llegado a Las Retamas y tres que el 
jefe de negociado haba ido a reu 
d irse con ellas; habanse ya acos acostumbrado 
tumbrado acostumbrado a aquellos lugares cren crendose 
dose crendose nuevos h' itos aquellas dos 
seCoraa que en Pars llevaban una 
vida tan retirada, se amoldaron 
sin dificultad a la existencia tran tranquila 
quila tranquila y sencilla de provincia, tan 
noble y sosegada en su monotona. 
Aparte de esto la vida material 
estaba en ellas tan supeditada la 
vida moral, las angustias del esp espritu 
ritu espritu y del corazn las preocupaban 
de manera que habran vivido en 
un desierto sin darse cuenta de 
ello. 
Concentrada en si misma pareca 
como que Herminia se complaca 
en aislarse con su dolor, y su ma madre, 
dre, madre, aquella madre cariosa y aten atenta 
ta atenta siempre a los sufrimientos de su 
hija, acechaba con inquieta ania 
en el rostro de su hija los progresos 
del mal que roa su corazn. 
Los huspedes haban adoptado 
la existencia patriarcal de la baro barones 
nes barones de Kermtdec, La comida so 

verificaba a ias doc, s cenaba 
las siete y durante la velada reu reunanse 
nanse reunanse en el saln los seores de 
Beauprau, Herminia el prroco de 
la aldea vecina y la noble viuda. 
Algunas veces cuando haca muy 
mal tiempo la baronesa, el seor de 
Beauprau y el prroco jugaban al 
wisth mientras que Herminia y al 
madre bordaban a un lado de su 
chlmeiea. SI acia buen tiempo y 
la spera brisa de Enero no soplaba 
con mucha fuerza, el jefe de nego negociado 
ciado negociado y su familia salan despus 
del almuerzo pasear llegando has hasta 
ta hasta los bosques vecinos internn internndose 
dose internndose en ellos. 
Una maana el peatn-cartero 
llev una carta al seor de Beau Beauprau. 
prau. Beauprau. Esa carta tena muy pocas 
lneas y deca lo siguiente: 
Emprendo el viaje dentro de 
una hora, y no me detendr hasta 
que llegue Saint-Malo. Segn 
mis informes Las Betamas se en encuentran 
cuentran encuentran diecisis kilmetros de 
Saint Malo en donde os aguardar. 
Idme ver pasado maana por la 
m a&na. 9 
El sefior ele Beauprlau rompi cq