- 519 vicio, se consigui6 veneer aquellas dificultades, de tal suerte, que al Ilegar el dia en que debia empezar A regir la Ley Hipotecaria, estaban cerrados todos los libros con las formalidades que la misma exige para garantir los derechos de Propiedad que en el trAnsito del antigno al nuevo sistema pudieran quedar comprometidos, y para deslindar y determinar las responsabilidades respectivas de los Contadores antiguos y de los nuevos Registradores. La segunda de las dificultades expuestas por estos funcionarios era originada por la necesidad de formar de nuevo los Indices de la gran mayoria de los antiguos Registros, pues, segnn datos oficiales, do las 472 Contadurias de Hipotecas que existian a la promulgaci6n do la Ley, en 109 no habia Indices de ninguna clase, y en 215 eran completamente inservibles. Finalmente, la fltima de las dificultades A que me refiero, consistia on que por un lado la Ley no podia empezar A regir antes do que transcurriese el plazo senalado para la rectificaci6n de los asientos defectuosos, que debian figurar en los Indices, y para que los Registradores rectificaran 6 formasen do nuevo estos Altimos, y por otro lado el Gobierno se encontraba en el deber de no diferir el planteaniento de aquella mds allM del dia seialado por la Comisi6n del Congreso en el dictamen de que antes he hecho Inlrito. Para veneer las dificultades que acabo de enumerar, el Gobierno estudi6 los medios que estim6 mis conducentes, los cdales someti6 d la autorizada opini6n de la Comisi6n de C6digos. Esta Corporaci6n, inspirAndose en un criterio tal vez demasiado optimista, entendi6 que la multitud de libros y asientos, la falta de orden y de sistema en el modo de lievar los primeros y de extender los segundos y otras circuns-