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podia contener el nuevo Registro  una cabal descripci6n de todas las propiedades; mas,  esto no obstante, quiso que contuviese la que fuese posible y resultase de su titulacidn A  otros documentos,  la que  bastara al menos  para distinguirlas.> Y tratando de  atenuar el mal efecto que habia de producir esta manera  deficiente de acreditar la individualidad de las fincas, afiadieron que la admitian <en el supuesto de que no perjudicarnan d tercero las circunstancias  accesorias de la  inscripcin, sino en cuanto estuvieran corroboradas por los tttulos fehacientes de sm referencia)a (1).
   Y  para remediar  las imperfecciones de que adolecia el procedimiento adoptado, no encontraron otro nedio que el transcurso del tiempo, que es ciertamente un poderoso auxiliar para muchas empresas,  pero no para  todas. <Tambin  cont6 el legislador (dijeron) con que estas inscripciones menos perfectas se irian perfeccionando luego que las fincas se fuesen describiendo mejor en las sucesivas traslaciones de dominio, coio sucede frecuentemente, y por eso dispusO que su descripcion se rectificase siempre que apareciera alguna  diferencia entre la consignada en el registro y la que resultara de los nuevos titulos de inscripci6na (2).
   Y por lo que hace i ]a manera  de acreditar la adquisici6n del domino  en la primera  inscripci6n relativa 6 una8 finca, reconocieron implicitamente los mismos autores de la Ley la deficiencia del medio adoptado, pues liegaron a afirmar en un documento notable, redactado poco  despubs de publicada la Ley,  que  para practicar dicha primer inscripci6n en los nuevos Registros de  la Propiedad fO



   (1) CARDENAS, loc. cit., Apendice xxvir, pig. 608.
   (2) Idem, Id.