DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE 51 partidos se desenvuelven en medio de una elevada colaboraci6n. Al amparo de ella, so ha restablecido la solvencia del Estado, mediante el pago do sus adeudos; esti depurada la administraci6n do justicia; se realizan grandes progresos en el sistema carcelario; se han multiplicado los medios do comunicacidn y so ejecutan verdaderas mejoras on el pavimento y alcantarillado de nuestras ciudades nds importantes. Nuestra ensefianza p Lblica ha recibido un impuliso quo la coloca al nivel de los pueblos mAs progresistas. La Universidad antes on decadencia, ha sufrido extraordinarias transformaeiones; se han multiplicado por todo el territorio las aulas, las escuelas nocturnas, las do ruta ambulante, las de economia dom6stiea y todas las que sirven para levar al mayor nivel de prepa.raci6n a la mujer cubana. Adems, se han creado varias academias comerciales y se estd terminando la instalaci6n de la Escuela Industrial, construida en edificilos modernos, me-, diante la cesi6n generosa hecha por el mismo Presidente de la Repdblica. El promodio de asistencia a los centros de ensefianza, desde. la Universidad a los mds secundarios, obtiene entre nosotros una cifra quo nos permite sufrir la comparaci6n con las naciones mAs civilizadas. Cuando se termine la construeci6n, muy adelantada ya, de los inil doscientos kil6metros de via central, seremos el pals con mn s vias de comunicaei6n en toda la America. El quo observe las actividades del pueblo cubano, podrA advertir el entusiasmo y la fe con que la nueva generaci6n se aparta del camino de las luchas del presupuesto y de la politica, para trazarso nuevos rumbos en el campo econ6mico, mercantil y agricola, realizando asi una de las modificaciones profundas que reclama el carkcter de nuestros pueblos. En el periodo de tiempo a que venimos refiri~ndonos, Cuba ha concertado, por primera vez, m.ds de tres Tratados con potencias de primera clase, como Inglaterra, Francia y Espafia; ha creado Bibliotecas, Museos y Estaciones Agr6nomicas y nuestra capital -ha merecido la preferencia de quo se hayan celebrado en elL varios Conoresos internacionales, debiendo sefialia's como un honor inmenso, el hecho de que nos honrar con su visita el Presidente de los Estados Unidos dc Am6rica, reafirmando asi, con ese acto de cortesia, las grandes relaciones de confraternidad entre ambos paises. Esa es brevemente sintetizada la realidad que encuentra la Convenci6n Constituyente, en el mismo momento en que el sufragio la comisiona para la reforma de nuestro C6digo Fundamental. No era, po sible que dej6.ramos de reflejarla en determinadas partes de la Reforma. For fortuna, el hecho de qu( al promulgarse 6sta, so inaugure un nuevo periodc constitucional, permite que en la misma se armonicen la eliminaci6n del principio reeleccionista, aeonsejada por la experiencia de repetidas ensefianzas hist6ricas, con el prop6sito intensamente manifestado por todas las clases sociales, econ6micas y politicas del pais, de prolongar cuanto sea posible la permanencia beneficiosa y fecunda del actual Presidente, en la Primera Magistratura de la Repfiblica. El ejemplo do otras naciones, con mayor tradici6n que nosotros, nos estA demostrando de qu6 manera, aun en las democracias mAs civilizadas, no es posihle prescindir con facilidad de las condiciones y del cardeter de uno de esos honibres que de tiempo en tiempo representan en las alturas del Poder, las supremas necesidades de un pueblo. Ning-6n pals pretender. tener mayor ejecutoria de democracia y de libertad, que F-rancia y en esta gloriosa Naci6n, partidos, grupos parlamentarios y periodistas, vienen deelarando insustituible a uno s6lo de sus politicos dirigentes, al que suponen como el salvador en las crisis temibles por que ha atravesado. Cuando en inedio de una brillante generaci6n de estadistas, de pensadores y de politicos, se pronuncia en Francia, frente a una figura finica, el calilficativo de "Hombre necesario!, no podrA atribuirse a manifestaciones inferiores de nuestro carficter, ni a razones insignificantes, el que la Convenci6n cubana formule igual juicio, con entera convicei6n patri6tica, frente al hombre que ha sabido restablecer el cr6dito exterior, reformar los Aranceles, conjurar la crisis de los Bancos, restablecer el orden, moralizar las costumbres, pohblar el territorio nacional de agricultura, de escuelas y de caminos y dirigir la atenci6n de las generaciones que surgen, hacia nuevos horizontes de actividad y de trabajo, buscando una Repfiblica mAs feliz, m6s culta y mas pr6spera. Con menos titulos que esos, otras naciones, tan liberales y tan cultas como nosotros, reverencian el nombre de sus gobernantes y se preocupan ante la necesidad de sustituirlos en sus cargos. Cuba se halla en uno de los periodos de intensa idealidad construativa, que de 6poca en 6poca, abso rben todas las magnifielas vitalidades de un pueblo. No es que los grandes cubanos que pasaron antes por la Primera Magistratura, dejaran de sentir los mismos impulsos patri6ticos e id~nticas ilusiones por el mejoramionto y la grandeza de su patria. Pero ha sido necesario ese periodo inevitable de luehas y - de perturbaciones que sigue siempre al nacimiento de una pals en formaci6n, para que se operara en el es- piritu nacional esa reacei6n fecunda, quo nos permi- to ofrecer el especticulo maravilloso que presentamos hoy, como ejemplo entre las nacionali('ades de America, orienthndonos hacia un porvenir digno de nuestros hcroismos y de nuestras grandezas pasadas.