50 DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE para proceder a la firma del pergamino, y firmar, ademds, el Proyecto de Reforma de la Constitucidn. S,e va a volver a leer Ia moci6n que ayer fu leida y que estA sobre la mesa. (El Oficial de Actas le'yendo). A LA CONVENCI'6N: Cumplida ya la funci6n para la cual fu6 convocada esta Asamblea, los Representantes del pueblo de Cuba se consideran en el caso de dirigirse al mismo, exponiendo algunos juicios importantes, por la oportunidad hist6rica en que se formulan. Aunque una interpretaci6n rigida de aquellos preceptos que regulan nuestra labor, pudiera servir para sostener que debi~ramos limitarnos al estudio de las cuestiones planteadas en los acuerdos del Congreso, es evidente que nos corresponde tambi6n consultar los estados de opini6n, los problemas que se debaten y las aspiraciones naeionales existentes, ya que las reformas acordadas deben reflejar, con la mayor fidelidad posible, la voluntad del pueblo que nos designa. Y esta Asamblea precedida de un movinento de propaganda que tiene su inieio en el afio de 19,13, y que despu6s se reproduce peri6dicamente aspirando a un eanibio constitucional, se reune en momentos en que es undnime la inteligencia entre los Partidos cubanos y un'nime tambi6n la adhesi6n y el apoyo de todas las fuerzas activas del pais, en favor de la continuaei6n del atual gobierno. Porque esa es una realidad que no podia pasar desconocida a esta Asamblea, nos hemos visto en el caso de rechazar el ineiso (a) de la tercera disposici6n transitoria, que estableeia una limitaci6n incompatible con los deseos manifestados por Ia opini6n, de dare la necesaria permanencia y estabilidad a nuestro Primer Magistrado, en la realizaci6n de su obra de gobierno. Resultaria inexplicable y eontrario al espiritu de nuestro mandato, que estando generalizados en toda la Repfiblica aquellos sentimientos, y habi6ndonos reunido con el pensamiento inicial de prorrogarle sus poderes, votAramos un precepto inhabilitando para el periodo inmediato, a un gobernante que ha logrado realizar el ideal basta ahora ni siquiera intentado por sus anteces-ores, de reunir en torno de un programa de reconstrueci6n cubana, todas las voluntades, todos los entusiasmos y todas las energias de la Nacidn. sario. Pero esa raz6n de cardcter personal, no nos absolveria de la responsabilidad en que incurririamos nosotros, Representantes del pueblo de Cuba, si al aceptar dicho limite hiu-i6ramos imposible la continuaci6n de un sistema, tan fecundo en bienes para la Repfiblica. Por eso hemos tenido a bien desecharla, aprobando, por el contrario, el articulo 66. lEn la Ponencia que ha sido sometida a debate, redactada por miembros muy ilustres de este Cuerpo, se explican las razones de caricter dolctrinal que fijan el aleance de ese articulo y la inanera en que fha de aplicarse, definiendo quo los nuevos periodos presidenciales empezarAn a contarse desde las primeras elecciones en que est6 vigente la nueva Constituci6n. No alcanzarA, por tanto, la probibiei6n al actual Presidente de la Repdblica, General Gerardo Machado, en el caso de que 61 acate, como estA en el deber de hacerlo, por subordinarse al supremo inter6s de Cuba, la designaci6n que le ofrecen la totalidad de las colectividades y partidos politicos existentes. A ese llamamiento, quiere Ia Convenci6n unir el suyo, no funddndose en juicios apasionados, ni en razones puramente sentimentales o te6ricas, sino en el estudio somero y concienzudo de su actuaei6n, que abarca todos los 6rdenes de actividad en que ha podido ser fitil al pais. Pasados los tiempos de Ia lucha por los principios y las ideologias, a los gobernantes se les juzga hoy, mnis que nada, por los hechos positivos que realizan en pro del engrandecimiento de los pueblos que rigen. El orden, el trabajo y la cultura, son hoy los primeros bienes de las naciones verdaderamente libres; y en ese terreno, una breve ojeada ha de servirnos para apreciar la magnitud de las inieiativas que viene desplegando, desde su constituci6n, el presente Gobierno. Aquella parte de la opini6n nacional capacitada para juzgar con serenidad de estos problemas y que quiera considerarlos al trav6s de prismas de mayor elevaci6n que el error de un grupo, debe recordar las angustiosas eircunstancias interiores y externas por que atravesaba Cuba, al iniciarse el actual sistema. Comenzando por la dificil situaei6n internacional que nos entristecia, viendo sepultado el coneepto de nuestras instituciones en una atm6sfera de general deser6dito, y terminando por los detalles mds insignificantes de nuestra vida nacional, nadie puede desconocer el grado de prestigio y de mejora- Reconocemos que Ia existencia de ese preeepto lieI miento que hemos alcanzado por el eambio fundala Tercera Transitoria, respondi6 a un impulso de mental de gobernantes, de m6todo y de politica. El delicadeza del mismo a quien pudiera afectar, en su pais puede comprobarlo con una ligera enumeraci6n. deseo de ofrecer al pais una vez m's, testimonio in- Por lo pronto, no hay ingerencias extrafias, ni condiscutible de su falta de aspiraci6n al Poder, por vulsiones violentas, como las que empobrecieron Ia mhs tiempo del que consideraba estrictamente neoe- Repdbliea en sus primeros veinte v cinco afios. Los