6 DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE ligero atisbo de inter s o de prop~sitos tendencioSOS politicos. La idea del Distrito Central, la idea de cambiar la organizaci6n municipal de la ciudad de la Habana y de su Trmino, no es una idea nueva, no es una idea que tenga su origen en el Proyeeto filtimo de Lcy que trae la Reforma que estamos discutiendo de la Constituci6n de la Repdblica; es una idea que estuvo en el ambiente, que se ha paseado en este ,hemicielo de la Cdmara y por el del Senado en los otros intentos de Reforma Constitucional; y, entonces, no regia los destinos de la ciudad de la Habana la persona que hoy en dia la administra. No hay, pues, por qu6 pensar que, el heeho de que ahora eristalice la Reforma en ese aspecto, signifique que exista detrAs de ello nlgin prop6sito ulterior politico. La idea en si, es la que persiguen no solamente los habaneros, los que han naeido en la ciudad, en 31 Trmino Municipal o en la Provincia de la Habana, sino la idea que queremos todos los cubanos, todos los que amamos nuestra tierra: el convertir esta ciuidad de nuestros entusiasmos 'y alegrias en una ciudad tan grande, en una ciudad tan esplendida y tan hermosa, que llegue a ser digno exponente de la Naei6n y sobrepasando los limites de capital de la Repfiblica, sea, ademds, una de las g-randes capitales ds la Humanidad. Si estos son los prop6sitos que vienen inspirando desd thace muchos afios la transformaci6n de la organizaei6n municipal, a somejanza de lo ocurrido en otros paises, no es posible ver en ello ninguna otra tendencia, ni ninguna otra intenci6n. Queremos seguir el ejemplo de las naciones viejas de la Europa que nos han ensefiado que para hacer capitales del Mundo, capitales que atraigan la admiraci6n de los otros pueblos, capitales que simbolicen una naei6n por si solas, es necesario cambiar los viejos moldes de las organizaciones municipales, dAndole otra forma y otros vuelos, que permitan hacer de ellas lo que realmente es imprescindible que sean para sobrepasar a las mismas coneepciones municipales. Ejemplo que 'ha sido recogido por la joven Am~riea, donde so han organizado centros urbanos en forma de Distritos, y de otros sistemas nuevos, diferentes a ,los viejos sistemas de la municipalidad, siempre que se ha querido magnificar una ciudad. Por eso, cuando nosotros tratamos de recoger la experiencia del Viejo y del Nuevo Mundo, no debe verse en esta tendencia nuestra el prop6sito de recoger esas ideas con otros fines que no scan los de propender a la grandeza, el explendor y el mejoramiento de nuestra Habana. Esto es, en :pocas palabras, lo que me interesaba dejar sentado en defensa del Dietamen de la Comisi6n y en defensa, por tanto, del Proyecto de Reforma, tal y como habia side votado por el Congreso. Yo ereo que nosotros hacemos bien votando el Dietamen, porque al dale nueva organizaci6n, nueva forma administrativa a la ciudad de la Habana, estamos actuando sobre el futuro, estamos pensando en sus grandezas y en sus glorias, estamos uniendo hues tros nombres a su brillante historia. Y luego que el tiempo pase, cuando la Gran Habana, la sin par Habana, con sus bellezas, con su magnificencia y con sus gracias, albergue en su sono espl6ndido a los caminantes del Mundo ique, deslumbrados, atraidos por su fama, aeudan a contemplarla, entonces, los que de nosotros vivan y los hijos y los nietos de los que nos hayamos ido, sentirAn el orgullo y gozardn del honor de que nosotros fu6semos los que, al sancionar este cambio propiciAramos tanta grandeza. (Grandes aplausos). SR. LAGURUELA (BENITO) : Pido la palabra. SR. PRESIDENTE (SINCHEZ DE BUSTAMANTE) : Tiene la palabra el sefior Lagueruela. SR. LAGUERUELA (BENITO) : Sr. Presidente y Sres Delegados: He pedido la palabra, para agradecer la3 de mi compaiiero, muy estimado amigo mio, el sefior Viriato Guti~rrez. Seguramente por la dificultad que yo tengo, de expres-ar mis pensamientos, ya que m, dedieaci6n es a las matem.Aticas v no a la literatura, se me hace dificil poder Ilevar al exterior lo que yo pienso. Para expresar mis ideas, uso las palabras que tengo a mi alcance; y la falta de pr6ctica oratoria me hace, muchas veces, decir cosas no tan ampliamente como quisiera. Por eso es que yo pido un poquito de benevolencia, si en el dia de ayer, contra mi voluntad, hube de decir algo que entrafie la tendencia que pudiera traer consigo la aclaraci6n ya hecha, que agradezeo en el alma al sefior Viriato Guti~rrez. No es esa mi idea, s6 perfectamente, que si tuviera talento oratorio, hubiera podido decir esas mismas palabras con relaci6n al Gobierno Central nuestro, con rclaci6n a mi intimo amigo, tambi~n mi Jefe, muy 'honroso para ml, el General Machado. No pienso, en absoluto, que en nada de esto -que estk en relaci6n con la supresi6n del Ayuntamiento de ia Iabana, haya otra cosa que la que se ha dicho aqui: un ensa yo del Gobierno Central; pero todo ensayo, toda tendencia tiene antagonismos y resulta tal vcz que, por la costumbre, por Ilevar cuarenta afios en la Habana, viendo siempre al Mayor, al Alcalde, como Jefe de la Ciudad, tal vez animado por las tendencias de los viejos, me hace pensar en lo dificil que es andar en las races de un Arbol. Por eso, todas esas frases del doctor Viriato Guti~rrez, si yo las hubiera podido decir con la galanura con que 61 lo ha hecho, las hubiera dicho, pero 61 lo ha hecho por mi y yo las acepto con mucho gusto. En cuanto a mi correligionario, en cuanto al Dr. Miguel Mariano G6mez, -con cu6nto entusiasmo he oido lo que ha didho mi distinguido compafiero, no porque ,fuera nuevo para mi, porque yo conozco la al-