DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE 19 a una Ley del Congreso, obtenida por dos terceras partes, para que le concedamos el derecho del sufra gio, nos exponemos a que por el Tribunal Supremo de Justicia, mediante un oportuno recurso de inconstitucionalidad, se declarara que no se pudo tomar ese acuerdo por la Convenci6n, y, por lo tanto, nula sorna la disposici6n. Si yo no conociera la sinceridad del doctor Matias Duque, si yo no conociera hasta donde llega el entusiasmo que 61 demuestra por el sufragio femenino, podria pensar que, precisamente, era un enemigo dei sufragio femenino el que presentaba la enmienda, porque el precepto es tan terminante, el hecho es tan sencillo y comprensible para todos, que, seguramente, nada mks que un olvido del doctor Matias Duque ha podido presentarlo en la forma en que lo ha hecho. Los partidarios del sufragio femenino hemos sido derrotados en esta Asamblea por nuestros compalieros, pero en lugar de retirarnos desordenanente, tenemos, en favor de la mujer cubana, que retirarnos a las segundas trincheras -que son las finicas que nos quedan, o sea, el Dictamen de la Comisi6n, que determina que, mediante una Ley del Congreso, por el voto de las dos terceras partes de sus componentes, se le puede dar ese derecho a la mujer cubana. Por eso nos oponemos, resueltamente, por lo menos me opongo yo, a la enmienda del doctor Duque, que, de aprobarse, colocaria en una situaci6n dificil e ilegal ese derecho que reclaman nuestras mujeres. Se sustituye el articulo... SR. CAMPOS MARQUETTI (GENEROSO) : 1'C6mo se sustituye el articulo?... SR. NfjREz PORTUONDO (EMILIO) : De haberse votado la enmienda en la forma en que desea el doctor Duque, ocurriria eso, porque se legisla. SR. CAMPOS MARQUETTI (GENEROSO) : Pido la palabra. SR. N1EZ PORTUONDO (EMmIO): Yo estoy manteniendo el criterio juridico de la Comisi6n. He estado maanteniendo el eriterio de que nosotros podemos, perfectamente, suprimir parte del Proyecto de Reforma Constitucional, pero no podemos adicionarlo, porque para eso no contamos con la voluntad del Congreso, que es el Cuerpo que inicia la Reforma Constitucional. Yo lamento mucho que el sefior Campos Marquetti no opine de la misma manera que yo. Hubiera considerado eso de una gran satisfacci6n para mi. El doctor Duque sustituye articulos del Proyeeto por articulos redactados por 61; el doctor Duque, en esa forma de su enmienda, desconoce la autoridad del Congreso para iniciar las reformas constitucionales; la reforma tiene que ser el conjunto de las voluntades del Congreso que la inicia y la propone, y de la Convenci6n que la aprueba o la rechaza, no puede, en ninguna forma, ser solamente la opini6n del Con-greso en un caso, o de la Convenci6n en este caso, como pretende el doctor Duque. Por esas razones, entendiendo que, en estos momentos, realizo un esfuerzo en favor del sufragio femenino, como el que realie en el seno de la Comisi6n, y como el que estoy dispuesto a realizar en todos los momentos, es por lo que me opongo a la aprobaci6n de la enmienda presentada por el doctor Duque y por su compahiero de representaci6n de la provincia de la Habana, doctor Cspedes. (Aplausos). SR. PRESIDENTE (SkNCHEZ DE BUSTAMANTE) : Se pone a discusi6n la enmienda del doctor Duque. Tiene ia palabra en pro el doctor Duque. SR. DUQUE ('MATiAS) : Sr. Presidente y sefiores Delegados: Casi se me tha quitado el entusiasmo para defender mi enmienda. 'Si no fuera que resuenan en mis oidos todavia, las hermosas palabras pronunciadas por el doctor Shnchez de Bustamante, nuestro ilustre Presidente, cuando hace pocos dias nos reaniamos aqui por primera vez, al ponderar entusiasta, la necesidad de conceder el voto a la mujer, no hablaria, pero el recuerdo de aquellas palabras me dan ,nimo, me prestan valor para defender la enmienda, igual que me dan Animo las palabras hermosas del doctor Andreu; si no fuera por todo eso, no hablaria esta tarde. S6 de antemano que estoy derrotado. No es posiWe que la elocuencia mia sea hastante, que pueda convencer a los cineuenta y dos Delegados que forman parte de esta Asamblea deliberativa, esos cincuenta y dos ilustres, estdn convencidos que al votar en contra de la enmienda del doctor Andreu, votaron bien, Lc6mo es posible que yo pueda hacerlos eambiar de opini6n en tan breve espacio de tiempo y hacer que voten a favor de mi enmienda, casi igual en el fondo a la del doctor Andreu ? Al hablar hoy lo hago movido por el deseo de establecer un jal6n ms a favor del voto femenino, a favor de ese voto que significa reconocimiento de derechos por el hombre en beneficios de la mujer, y por lo tanto del progreso humano; si ese dereeho no I.. ha sido concedido a la mujer es porque el 'hombre, en su fiero egoismo, reserv6 para 61 la parte del le6n, y no quiso darle nada en ese sentido politico, a su dulce compafiera, y le neg6 esos derechos a la majer, a esa mujer que lo llev6 nueve meses en su vientre, que lo amamant6 en su pecho, que lo ayud6 a vivir, que lo educ6, que lo hizo hombre, y que despu~s de esa angelica labor, al separarse ese hombre del hogar materno, aquella viejecita arrugada y encorvada por los aios, continua persiguiendo al hijo, al hombre, para seguirlo amando y queriendo, y para ampararlo