16 DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE lamentaria, es que cuando se adopta un acuerdo, se cumpla. SR. PINO (FERNANADO J.): Cada uno est6 en libertad de votar lo que desee. SR. AGUIRRE (BENIGNO) : Yo desconocia ese particular, pero salvo la opini6n de S. iS . y la del sefior Guerra, puedo asegurar, y los he chos lo van a probar, que el voto progresivo de la mujer va a triunfar en esta Convenci6n. De modo que por esa sencilla raz6n yo he votado que no. No soy contrario al voto de la mujer. Si soy partidario de que a la mujer se Ie d6 un voto racional, educacional y progresivo, que es lo que estA en el dictamen de la Comision. SR. PRESIDENTE (SINCEEZ DE BUSTAMANTE) : Tiene la palabra el sefior Alfert, para explicar su voto. SR. ALFERT (ROGELIO) : Sefior Presidente y sefiores Delegados: Hubiera querido explicar mi voto, pero des'pu6s de las brillantes palabras del doctor Aguirre y sintiendo como 61 que el voto femenino y progresista triunfarA en esta Convenci6n, me abstengo de ser mAs explicito, en contra de los sentimi~ntos sinceros y de afecto que inundan mi alma y que llenan mi pecho en eotos instantes. ,SR. PRESIDENTE (SINCHEZ DE BUSTAMANTE) : Tiene la palabra el sefior Campos Marquetti. SR. CAMPOS MARQUETTI (GENEROSO) : Sefior Presidente y sefiores Delegados: Yo he votado que no, porque tengo la esperanza de que al discutirse el dictamen ha de resolverse el voto favorable para la mujer cubana. Pienso que no ha de decidirse como resoluci,6n que otorgue el voto inmediato, pero si de acuerdo con la letra y con el espiritu que informa ese dictamen. Al votar que n6, para el ejercicio inmcdiato del voto, me he creido obligado a explicar en alta voz que no lo he hecho pensando en la incapacidad de la mujer cubana, porque la creo capaz, como nosotros, de interpretar bien las necesidades del pais. He votado que no, pensando que los que no estdn capacitados para que la mujer ejerza, ahora mismo, esa funci6n ciudadana son los hombres, los hombres en Cuba. Yo no s6 o6mo se ha desenvuelto esta cuesti6n ni en Alemania, ni en Inglaterra, ni en Francia, ni en muchos Estados de la Uni6n Americana. Pero yo s6 que no lleg6 a la decisi6n del legislador como un problema nuevo, sino que lle'6 despu~s de afilos consecutivos de luchas y pruebas, hasta convencerse el hombre .de que 61 estaba perfectamente preparado para aceptar las ausencias del hogar, que exigen los movimientos electorales de sus prolpias esposas, o de sus hijas. Pero el cubano, que no estk preparado todavia para eso, crearia a la mujer en estos instantes un grave problema de lueba en el hogar. Yo no s6 si nosotros que no toleramos con gusto que el vecino opine de modo diferente al nuestro, si nosotros, que vemos con desagrado si un conservador se nos ha mudado al lado y empezamos a refunfufiar con nuestras familias... SR. ANDRU (PoRFiao) : Eso era antes. SR. PORTUONDO (AMtRIco) : Ahora convivimos en la misma easa. SR. CAMPOS MARQUETTI (GENEROSO) : Quiere decir que yo tenia raz6n. Antes del cooperativismo, el mismo sefior Andreu no estaba preparado, y ahora con el cooperativismo 61 tolera, tolera que su vecino no piense como 61. Realmente, sefiores, es eso lo que nos impide resolver a favor del voto para la mujer inmediatamente: ofrecemos la prueba de que no estamos preparados, nosotros. El voto femenino en Cuba es la visi,6n m'i noble que agita ahora el pensamiento cubano; es uno de los nuevos problemas que vienen a hacer que el cubano cambie un poco su educaci6n antigua; en aras del progreso, de la justicia y de la equidad . Pero para resolverlo asi es preciso que transformemos un poco nuestras costumbres y nuestras tradiciones, amoldando en el porvenir inmediato, nuestro carAeter y nuestro temperamento a ese derecho pleno que la libertad da, tambi6n, a la mujer. Por eso lie votado que no; repito que con la esperanza de que ella obtenga, al votarse nuestro dictamen, un voto favorable para que en no lejano tiempo, reaecionando el cubano, pueda concurrir a la misma urna, con el mismo derecho, con el mismo respeto y con las mismas consideraciones que en los dems 6rdenes hemos tenido siempre para la mujer cubana.-Nada mIs. (Aplausos). SR. PRESIDENTE (SINCHF z DE BUSTAMANTE) : Tiene la palabra el sefior Castillo para explicar su voto. ISn. CASTILLO (DARiO E.) : Sefior Presidente y sefiores Delegados: He tenido el sentimiento de votar que no a la enmienda presentada por mi querido compafiero el sefior Andreu, no porque estime que la mujer cubana no est6 preparada para ejercer esa funci6n civica, sino por razones de orden juridico, de orden legal, porque estimo que esta Constituyente no puede aceptar esa enmienda. La consulta hecha al pueblo de Cuba para reformar la Constituci6n cn ese aspecto, fija una norma, cifie a la Constituyente a una medida dada de antemano. Al suprimir el filtimo p Arrafo del precepto, no creo yo que con ello la mujer obtendria inmediatamente su voto, tendria que votarse, por mandato imperativo, esa ley del