DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE 13 'SR. BELTRN (SEBASTIN): I Qu6 diferencia hay, sefior Campos Marquetti, entre interrumpir y preguntar? SR. ISALAZAR (Luis F LIPE) : Yo me voy a adelantar a la pregunta, porque conozco la idea del sefior Campos Marquetti. Al hablar yo hube de decir: "!a mujer del solar" y me referia, distinguido compafieTo a la mujer viciosa, a esa mujer de b aja efera, !a que permite que el hombre la explote, que viva de su honor, en fin, a la mujer del subsuelo social. SR. PORITUONDO (A i ico): Yo ruego a la Presidencia que invite al sefior Salazar a dirigirse a toda la Convenci,6n. Nosotros tenemos mucho gusto en escueharle, pero 61 se dirige solamente al sefior 'Canipos Marquetti, y los que nos encontramos de este lado no podemos oirlo. SR. PRESIDENTE (SANCHEZ DR BUSTAMANTE) : Tiene raz6n el sefior Portuondo. Ruego al sefior Salazar que se dirija a todos los sefilores Delegados. SR. SALAZAR (Luis FELIPE) : El sefior Andreu se ha marchado. Seguramente que 61 no dejaria a su esposa y sus hijas, que fueran a hacer cola electoral entre cierta clase de mujeres, que serian las que finicamente condurririan a los Colegios electorales. Pc-! ro hay mtis, no crean las intelectuales -de Cuba que iban a ser ellas las clectas; no, no y mil veces no. Su bagaje de moralidad, inteligencia y honradez ls impediria, por su misma honestidad, mezclarse con esa clase de mujeres; su misma condici6n las incapacitaria para ocupar puestos electivos, porque las mujeres a que me he referido, las mujeres de esa capa social no otorgarian el voto mds que a sus iguales, o a los hombres que comulgan con sus mismas ideas, sus mismos procedimientos y su misma manera de vivir. SR. NO.aEz PORTUONDO (E~mILo): Vienen los hombres buenos. SR. 1IALAZAR (Luis FELIPE) : Eso es en lo que se refiere al sufragio. El sufragio puesto en manos de las mujeres, quiero aceptar que fuera practicable, porque ellas concurrieran todas al Colegio electoral, pero niego esa concurrencia por las razones expuestas. En la actualidad, otorgado el sufragio a los hombres, sefiores, todos sabemos, y mds los Delegados quo aqui estamos y que somos politicos, que el dia de elecciones, los clubs y sociedades de recreo estfn concurridisimos. Como no son dias laborables, los lli mados neutrales, aquellos que dicen no deberse a la politica ni vivir de ella y hasta alardean de que no les importa eso, como los que teniendo una posici6n se deben a la politica, no se mueven a ejercer ese derecho, el mils sagrado que tiene el hombre, por no sufrir los rigores del sol y de la lluvia, algunas veces, no oir palabras gruesas y hasta vejaminosas, ni ro- dearse de hombres que hasta consideran inferiores. Si eso hacen los hombres, sefiores. L qu6 no hardn las mujeres ? Pero yo quiero conceder todavia al sefior Andreu que esas mujeres de mediana y superior cultura, de honestos y buenos principios hicieran el sacrificio de ir a votar i qu6 horrori el voto de esas mujeres seria otorgado al que el cura les indicara, porque el sacerdote en el confesonario, seria el arma mIs poderosa contra nuestra nacionalidad. Tendriamos, repito, ]a politica fatal del confesonario y de la ,acristia, que es la de peor clase. Volvanios la vista hacia nuestras Repfblicas hermanas del continente, las que hablan nuestro propio idioma, y veamos cuan perjudicial es alli la influencia del cura; el sacerdote estA en todas partes. Al sacerdote se le dice todo. Y no se me diga que soy un equivocado, ni mueho menos un exajerado. Yo s6 desde pequefio-porque allA en mi Oriente querido, lo mismo que en el Camagiiey legendario y ereo que hasta en el resto de la Repfiblica. las madres cubanas desde pequefios hacen el coraz6n de sus hijos, y le cuentan las an~cdotas de la Patria-, yo s6 desde pequefio, repito, por haberlo oido de labios de mi inolvidable madre, que una matrona cubana, allA en el her6ico Bayamo, se acere6 a un confesonario y creyendo en l a sineeridad del sacerdote en momentos en que la confesaba, revel6 el movimiento revolucionario del 68, y ello hizo que se adelantara la fecha del grito, ello hizo que fuera el 10 de Octubre, porque si hubiera tardado mis, el movimiento hubiera abortado. Y no se me argumente que eso ocurriera en 1868, muchos aiios atrds, en que la mujer estaba menos despierta. El aflo de 1895, cuandi) las Islas Filipinas luehaban por su independencia, el doctor Rizel, una mentalidad, un hombre que pudi&ramos llamar el Marti de aquellas Islas, casado con una irlandesa de gran cultura, pero que como buena irlandesa era muy cati6lica, creyendo igualmente como la cubana del 68 en el sagrado ministerio del sacerdote, para guardar un secreto, le hubo de confesar el movimiento revolucionario, lue se preparaba para llevar a cabo la independencia de aquellas Islas del poderio espafiol, de euyo movimiento era el doctor Rizel el jefe, por ser su mayor propagandista. Bast6 esta noticia para que aquel Ministro de la maldad y no de Dios revelara el secreto al Gobierno colonial, y este dispusiera el fusilamiento del doctor Rizel. I Qu6 no le dice, seilores, la mujer al cura en el confesonario? Se lo dice todo. El tiene la habilidad de hacerselo decir. Ya ve el sefior Andreu como la mujer en nuestra Patria, afin no tiene toda la preparaci6n para el ejercicio del sufragio, y mueho menos la costumbre. Ya ve que si se le concede ese derecho, hasta por las mismas pasiones de ellas, pueden venir dias de luto para la Patria. Cuando la Constituyente de 1901, compuesta de