8 DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE tar la libertad politica. No es de estos tiempos la conquista, queridos compafieros. Cuando la hoguera francesa de 1789 hizo surgir la Declaraei6n de los Derechos del Hombre, Olimpe de Gouges, francesa, en 1871, presentaba a la Asamblea lo que ella llamaba liberaci6n de la ciudadana francesa. Eran diez y siete articulos 1,s que present6. Yo voy a leer tres, y recordad que .de esto hace 123 afios nada mAs. Decia Olimpe de Gouges a aquella Asamblea, en su articulo primero: "La mujer nace libre e igual al hombre en derechos; y todos los ciudadanos, como todas las ciudadanas, deben ser admitidos igualmente a todas las dignidades, sin otra limitaci6n que sus virtudes y su talento ''. 1 OjalA siempre este postulado .de Olimpe de Gouges se hubiera realizado; y ojalA que los hombres y las mujeres Ilegaran a los altos cargos por sus virtudes y por su talento! Si fuera asi, quiz"s la hamanidad no se desenvolviera como se desenvuelve. En su articulo segundo decia asi: "El principio de toda soberania reside en la naei6n, y esta la componen por igual el hombre y la mujer". Y el tercero y dltimo de esos articulos, i qu6 arramque mds ideal, no de alma de mujer, sino de h6roe!, dice asi: "La mujer tiene el dereeho de subir al patibulo, ella debe tener igualmente el dereoho de subir al Parlamento". Y si eso decia Olimpe de Gouges hace 123 aflos, -c-6mo es posible que todavia le discutamos el derecho inmanente que como derecho natural, o como dereoho de ciudadano, o como dereeho humano, tiene de compartir con nosotros la direcci6n de la nave del Estado ? Yo no deseo, en forma alguna, ofender vuestra intelectualidad; y lo haria si me pusiera a recorrer la fama formidable de mujeres que han honrado la Ciencia, las Letras y las Artes. ,S6, de sobra, que la preparaci6n mental, muy superior a la mia, de todos los que me escuchan, esta por encima de esa lista extensisima que yo podria presentar; pero si quiero indicar, no ya dentro de ese orden, sino en el orden politico, en el orden de Estado, en el orden de la gobernaci6n de un paiz, h'cudl de ustedes ha olvidado a Isabel y a Victoria de Inglaterra? cudl ha olvidado a Catalina de RIasia?, LeuAl de ustedes ha olvidado a Catalina de Mdicis, a Guillermina de Holanda, a Maria de Rumania? De las primeras, dijo Stuart-Mill, que eran los mejores reyes de Inglaterra; y de las otras, si las comparamos con algunos jefes de Estado de otros paises para los que guardamos el mayor respeto, resultan pequefios junto a aquellas enormes mujeres. Sin embargo, faltaba la prueba plena, la prueba absoluta, la prueba definitiva de la capacidad de las mujeres; y ilega 1914, llega la Gran Guerra. &Es necesario, queridos compafieros, deciros a vosotros lo que cuando se desenvolvi6 el drama tremendo en los campos europeos realizaba la mujer? iSab6is de sobra que en la Francia entera ocuparon el lugar del hombre; sab6is sobrado que mientras los hombres luchaban en las trincheras frente al enemigo impidiendo la invasi6n de su Patria, mientras el 'hombre combatia, la mujer ocupaiba todos los sectores de la Naci6n, superdndolo, acaso, en esa labor. De heroismo, hablamos los hombres, porque nos enardecemos en el combate, en el combate que entusiasma, que enardece; y, sefiores, el heroismo esth en la Hermana de la Caridad y en la enfermera, que lo mismo curan las heridas... SR. PORTUONDO (AMnIco) : LMe permite una interrupei6n, con la venia de la Presideneia? SR. ANDREU (PORFIRIO) : Con mucho gusto. SR. PORTUONDO (AM Rico) : Se referia el sefior Andreu a las grandes mujeres extranjeras, a su heroimo, y no recordaba el heroismo grande de las mujeres cubanas. L Acaso olvidaba a la madre de los Maceo ? Sn. PRESIDENTE (SANCHEZ DE BUSTAMANTE) : Hay un precepto reglamentario que ya he tenido la ocasi6n de recordar a los sefiores Delegados y que prohibe las interrupciones. Es el articulo 63, que dice que ningfin Delegado, mientras estO en el uso de la palabra guardando la debida correaci6n, podrA ser interrumpido Y es conveniente que los sefiores Delegados tenga en cuenta este articulo. SR. PORTUONDO (AM]kRICO) : Para una explicaci6a ligera. Ha sido un error mio, pero ha sido un error debido a nuestras prdcticas, pues que desde el comienzo de los -debates venian tolerkndose las interrupciones. SR. SALAZAR (Luis FELIPE) : Sr. Presidente: Quiero hacer constar que pido la palabra, en contra de la enmienda del sefior Andreu. SR. PRESIDENTE (SINCHEZ DE BUSTAMANTE) : Continue en el uso de la palabra el seflor Andreu. SR. ANDREU (PORFIRIO) : Realmente entusiasma contemplar c6mo se nos sigue con tanta atenci6n, con tanto cuidado, y se desea sobrepasarnos sobre nuestros pensamientos; y el propio cerebro del que habla, por la forma en que trae ordenado su propio trabajo, quisiera recorrer, primero, el universo, para liegar, despu6s, a Cuba. He ahi, que no veo el motive de tanto apuro por acabar, tanto empefio por term.nar, como si la vida fuera tan corta, para finiquitar rdpidamente la obra que se realiza por primera vez, que nos llena de gloria para nuestra persona y para Cuba: la reuni6n de esta Asamblea Constituyente. Decia que har6 un recorrido por el Universo para,