DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE 29 vale a matar un derecho que emana de la misma naturaleza y que hemos conquistado plenamente ante la conciencia del hombre justo, pese a las maravillosas y easi po~ticas teorias que han surgido, revelando, para provecho de la humanidad y para gloria de la ciencia m~dica, cimas que permanecian ignoradas en las misteriosas regiones de los privilegiados, a donde no sube la canci6n brutal del est6mago hambriento, de donde no se vislumbra el campo agrio y h6stil donde la vida es combate y es lucha y es mordisco y es rebeldia y vencimiento; donde el clima imprimo su beso g6lido o candente, donde millones de hembras tienen que abrirse paso a dentelladas acuciadas por el instinto de conservaci6n que no duerme en ningfin animal; donde tenderse muellemente, para s6lo oir a los "mensajeros de los ovarios", seria, no s6lo destrozar su vida, sino la vida del hijo, que pende de las energias musculares y de la potencia cerebral de la madre, quo trata de convertir en consciente, en plenamente humana, la misi6n de la maternidad que no ahoga ni desvia ningfin esfuerzo liberador cuando 6ste es honrado. Pero lo curioso de estas hip6tesis, sehores, es quo surgen cuando la mujer reciama para si un derecho, que sirve al var6n paia ir avante en la vida atropellando, las mnis de las veces, principios inviolables, olvidkndose de servir al interns social para atender al suyo propio que pone hasta por encima del honor. Y esas hip6tesis permanecen ocultas, cuidadosamente guardadas, cuando en la inquietud an6nima y sombria de la lucha laseerante por la miseria del vivir, de la mafiana a a noche, destroza, dando a los pedales de una mAqui-na para ganar unos centavos esos 6r-ganos, que tratan de amparar los bi6logos ahora, mientras la s6rdida avaricia del capitalismo industrial se nutre y vive y fortifica de la vida, del nervio y de la sangre de la infeliz obrera. Todos callan mientras va la caravana doliente y emirutecida a las fAbricas y talleres agostando ilusiones, belleza y juventud, procreando en la miseria y el hambre hijos que nacen bajo el peso fetal de herencias patol6gicas, sin leyes que los amparen y defiendan de la perspectiva de los prostibulos o los presidios a que han de iT a dar con sus cuerpos, si no tienen heroismo bastante para soportar la vida misera a que nacieron destinados. Mientras ella vive en esta sorda y trhgica vida, ni los ovarios, ni los vientres fecundados importan nada. A pasos lentos y medrosos se han ido concediendo a la mujer, en el terreno juridico, algunos derechos de esos, cuya negativa hubiera constituido mkq afrenta para el que la da que para el que la recibe. La necesidad, mks que el dilletantismo, ha obligado a la mujer a abordar las profesiones, industrias y labores quo antes s6lo parecian del dominio exclusivo del hombre. Su feminidad ha puesto su nota diferencial, iinica y caracteristica. La honradez de sus principios y la limpieza de su proceder Ia han hecho respetable y la han mantenido con dignidad en las avanzadas, conquistadas a fuerza de colazos contra la avaricia, egoismo y ambici6n del que se estima sexo superior. No es este el momento de investigar si en el terreno politico lo haremos mejor o peor que el hombre. Reclamamos un derecho que nos corresponde y no podemos consentir que teorias peregrinas quo mafiana pueden caer desmentidas o superadas por otras, influyan para que en pleno siglo XX, cuando en el mundo entero se inicia la emancipaci6n de U mujer, se retarde en nuestra patria la concesi6n de lo que es una vergiienza no poseamos. No seria, ciertamente, el ejercicio de la politica, que no es tan duro cuando casi todos los hombres abandonan sus ocupaciones por seguirla, lo que desviaria a la cubana del cumplimiento de sus deberes de madre. La natalidad no la restringen mas que leyes absurdas impuestas a la sociedad con el caricter de inmutables o el vicio invadiendo el organismo social y corrompiendo las costumbres. Naciones donde anun las mujeres no tienen el voto han tenido que tomar medidas previsoras ante la alarma creciente por su despoblaci6n, en tanto que otras, donde hombres y mujeres tienen los mismos derechos, a mis de ser la maternidad algo primordial y b~sico, la mujor desde el poder legislativo procura enderezar sus actividades hacia el perfeccionamiento de la especie, dictando leyes que escapan a la pericia y sagacidad de su compafiero, el hombre, que no puede, por mucho que lo intente, conocer el complejo engranaje de la psicologia femenina. Atended, sefiores Delegados, esta petici6n que no solo es mia. Os la pide la mujer consciente en su nombre y en el nombre de esa legi6n humana an6nima, desconocida, que lueha y vive sin que se !a comprenda. Dad el voto pleno. Evitad una afrenta a la mujer oubana poniendo en'duda su capacidad para el civico ejercicio del sufragio. La patria necesita de nuestro esfuerzo activo. Un grupo de mujeres intelectuales de mi patria que me honran confidndose a mi modestisimo, pero sincero esfuerzo, esperan de la Convenci6n Constituyente un rasgo civico y consciente. Respetuosamente, (f.) Dra. Ofelia Dominguez Navarro. Habana, Mayo 7 de 1928. SR. PRESIDENTE (SANcHEZ DF. BUS '.MIANTE): Se da la Convenci6n por enterada? (Sefialeas afirmativas). Enterada. SR. PRESIDENTE (SANCHEZ DE BUSTAMANTE) : Siendo la hora acordada, se levanta la sesi6n continu.Andose el debate mafiana a las cuatro de la tarde. (Eran las siete p. m.).