26 DIARIO DE SESIONES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE politicos de la naci6n; que no es el producto ni el deseo de determinada personalidad, sino que es el anhelo del pueblo cubano que estd completamente convencido de que esa Constituci6n, dentro de las orientaciones del Derecho moderno, no responde a las necesidades del pueblo cubano. Nosotros al venir aqui, elegidos por el pueblo de Cuba, estamos convencidos del alto deber patri6tico que se nos impone, pero estamos convencidos, tambi6n, de que nuestros ilustres antecesores, los miembros que integraron la anterior Convenci6n Constituyente entre los cuales figuraba mi inolvidable padre, realizaron una labor patri6tica, digna de los mayores aplausos y de los mayores respetos; pero no podremos negar que a esa obra, a trav6s de 25 aflos de haber sido puesta en ejecuci6n, se le hayan notado deficiencias que es necesario rectificar. Creemos que no debemos compararnos a los convencionales de 1902. Entendemos que todas las comparaciones son odiosas y es preferible no hacerlas; opinamos que ellos realizaron una labor magna, digna de los mayores aplausos; pero entendemos, sinceramente, que nosotros, tambi6n en estos momentos, en la situaci6n actual, con el mejor de los deseos nos aprestamos a una labor, si no digna de aplausos como sostienen los adversarios, si de respeto, porque todos lo hacemos con la mejor de ]as intenciones. Creemos, sefiores, que la cordialidad es imprescindible en el pueblo cubano; creemos que 25 afios de vida republicana nos han demostrado que no hay nada que perjudique m~s a la estabilidad de la naci6n que las luchas fraticidas que colocan a los eubanos en situaciones dificiles, cuando todos deben ser hermanos que tiendan finica y exclusivamente a laborar por el engrandecimiento de la patria querida. Sefiores Convencionales, en estos momentos debemos hacer un voto sincerisimo, para cumplirlo, de laborar siempre para el porvenir, para que nunca se dividan los cubanos por odios, y puedan revolueiones fraticidas traer la intervenci6n humillante del extranjero y hacer que la bandera de la Patria baje de los mdstiles de nuestras fortalezas, casi desaparezea nuestra soberania y se empequefiezca la Repfiblica. Queremos hacer votos porque esta cordialidad sea siempre sentida, para que las pasiones del momento desaparezean, y todos, Conservadores v Liberales, Populares y neutros, no piensen nada m6s que en una sola cosa: la obligaei6n ineludible en que se encuentran de laborar por el engrandecimiento de la Naci6n. sefior Presidente de la Repfiblica design6 para formar parte de su Gabinete a dos miembros del ilustre ej~rcito libertador, el General Carlos Rojas y el General Eugenio Molinet, que pertenecen a distintos partidos politicos, comprobamos que pone en prdctica las ideas que en la revoluci6n redentora tuvieron todos los gloriosos veteranos de la independencia, porque ellos, en aquel momento sagrado, no pensaban ms que en conquistar la independencia de su Patria, no existian partidos politicos, no habia ideas contradictorias, todos, exclusivamente todos, se aprestaban a laborar para obtener la libertad; y ahora, con esa designaei6n no s6lo se rinde un homenaje merecidisimo a esos gloriosos soldados de la libertad, que hicieron la Patria nuestra, sino que, al mismo tiempo, el sefior Presidente de la Repdlblica demuestra que sus sentimientos y sus deseos son los mismos que tenia en plena manigua redentora: que todos exclusivamente todos, estuvieran unidos luchando por el engrandecimiento y la libertad de nuestra tierra. Por eso, la Convenci6n va a hacer esta declaraci6n solemne y terminante. No es que entendamos que los contrarios a esa idea sean hombres que actfien de mala fe, pero si creemos que no debe la mayoria del pueblo que aspira al amor, seguir a los hombres que desean odio y pasi6n mezquina. No queremos admitir, en ningfin sentido, que pueda ser buena politica la que reconoce el odio que divide y hace pequefios a los cubanos; creemos, por el contrario, que la buena obra, la patri6tica y la fitil, es la reuni6n de todos en un estrecho abrazo, como lo sofiara el divino Marti cuando realizaba aquella pr~dica admirable por la independencia de Cuba. Por eso, solicito de los sefiores Convencionales que aprueben ambas mociones, que se dirijan al pueblo de Cuba en este sentido; explicando cuk1 es nuestra actitud, y cudl nuestra aspiraci6n, que se dirija al sefior Presidente de la Repfiblica aplaudiendo la obra patri6tica que realiza en cuanto al prop6sito elevado que tiene de unir a todos los cubanos. Y hagamos votos para que, cuando se reuna otra Convenci6n Constituyente, porque no vamos a ser tan vanidosos al creer que nuestra obra es definitiva,-ya cuando los afios pasen, indiscutiblemente, que han de variar nuestras Instituciones,-encuentre un espiritu de cordialidad como el que reina en esta Convenci6n, donde los conservadores, los liberales y populares no piensan en sus respectivos intereses politicos, sino, iinica y exclusivamente, en querer mucho a la Patria, en hacerla grande y pr6spera. (Grandes aplausos). Por eso, cuando hemos visto que el Honorable I SR. D'BECI (LoRENzo): Pido la palabra.